15 Abr Viernes Santo: En la Pasión del Señor
Nos cuenta don Miguel Ángel Ventanas, , secretario diocesano de Liturgia y Animación Espiritual, que el Viernes Santo es el primer día del Triduo Pascual. La Pascua no es sino el tránsito de Jesús a través de la muerte a la Nueva Vida. Este viernes es la Pascua de la Crucifixión como la llaman los santos padres. La celebración de la muerte del Señor es ya esperanza y victoria (Victoria tu reinarás, oh Cruz, tu nos salvarás).
La comunidad cristiana se reúne en la mañana para la celebración de la Liturgia de las Horas y en un momento cercano a las tres de la tarde (Hora Nona), para la celebración de los oficios de la pasión y la muerte del Señor. Los celebra, no desde la tristeza, sino desde la certeza que la pasión y la Cruz constituyen el primer acto del Misterio Pascual de su Señor. No estamos en unas exequias, ni guardando luto. El color es rojo, color del martirio para celebrar que Cristo Jesús, como Sumo Sacerdote y en nombre de toda la humanidad, se ha entregado voluntariamente a la muerte como rey de los mártires, para salvarnos a todos.
El Viernes Santo no se celebra la Eucaristía, pues el Triduo Pascual es como un solo día, y su Eucaristía será la de la Vigilia Pascual. La celebración de la tarde es de silencio y profundamente contemplativa.
- La Pasión del Señor es proclamada en la Liturgia de la Palabra, como profecía en el cuarto cántico del Siervo de Yahvé (Is 52,13-53,12), como obediencia del Hijo al Padre (Hb 4,14-16, 5,7-9) y llega a su culmen en la Pasión según San Juan en la que Jesús aparece exaltado sobre la Cruz a la vez de Cordero inmolado y Rey de las naciones.
- La Pasión invocada en las oraciones solemnes en las que la Iglesia intercede por el mundo al que su Señor ha redimido con su muerte de Cruz.
- Pasión venerada en la solemne adoración de la Cruz que es presentada como el árbol de la vida y su adoración como un signo de amor y de gratitud. Es el beso de la Iglesia Esposa a su Divino Esposo que ha dado la vida por ella en la Cruz. Mientras se cantan los antiguos textos de la liturgia romana y oriental: Pueblo mío ¿Qué te he hecho? tu Cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos.
- Pasión comulgada con la Eucaristía de ayer solemnemente reservada. Entramos así en el misterio mediante la unión sacramental con el cuerpo entregado por nosotros, con la sangre derramada para nuestra salvación.
Es día de austeridad y ayuno que se prolonga a lo largo del sábado santo. Es un ayuno pascual y esperanzado, no penitencial. La iglesia se une así a su Señor para que, a través de la muerte, viva ella misma el gozo de la resurrección.
Don Ciriaco Benavente, Obispo AA, presidirá la Celebración de la Pasión a partir de las 17 horas del Viernes Santo en la Iglesia de San Nicolás.