Vicente Martín Muñoz: “No se quiere ver la realidad de la pobreza y la exclusión»

Vicente Martín Muñoz: “No se quiere ver la realidad de la pobreza y la exclusión»

A continuación reproducimos la entrevista que, con motivo de su participación en la Formación Permanente del Clero y de la Cátedra San Juan Pablo II, don Vicente Martín Muñoz, Delegado Episcopal de Cáritas España concedía a Iglesia en Plasencia.

Natural de La Nava de Santiago (Badajoz), Vicente Martín fue ordenado sacerdote en 1995 y ha sido párroco de varias parroquias en la archidiócesis de Mérida-Badajoz, además de detentar en la misma distintos cargos. Experto en Doctrina Social de la Iglesia es Licenciado en Teología Pastoral y ha sido profesor en distintos centros de Estudios Teológicos. En la actualidad es Delegado Episcopal de Cáritas Española y director del Secretariado de la Subcomisión de Acción caritativa y social de la CEE. También es profesor colaborador en el Instituto Superior de Pastoral de Madrid y colabora con la parroquia madrileña de Nuestra Señora de las Angustias. Ha participado en la Formación Permanente del Clero ahondando en ‘Una fraternidad abierta y universal. Claves pastorales de acción caritativa y social a la luz de Fratelli Tutti’

 -Para los que no han podido acudir, una breve sinopsis.

-La ponencia versa sobre la encíclica Fratelli tutti del papa Francisco en la que la nos invita a soñar con una nueva fraternidad y colaborar en su construcción porque Dios ha creado a todos los seres humanos, mujeres y hombres, con la misma dignidad, llamándonos a ser hermanos y hermanas. Fratelli tutti es una llamada a la Iglesia y a toda la humanidad para hacer de este mundo un hogar para todos (cf. FT 6). Una fraternidad que transita por las vías del encuentro y el diálogo, la justicia y la paz.

-¿Nos encontramos en una sociedad que busca el bienestar, pero que camufla las pobrezas y los sufrimientos?

-Efectivamente, a nuestra sociedad le cuesta ver que todos tenemos los mismos derechos, pero no todos las mismas oportunidades. No se quiere ver la realidad de la pobreza y la exclusión e, incluso, a veces, se intenta ocultar. Pero los datos que nos ofrece la Fundación Foessa y Cáritas son tozudos: Son ya once millones de personas las que se encuentran en una situación de exclusión social en España y seis millones de familias no cuentan con un presupuesto que garantice unas condiciones de vida dignas. El empleo, la vivienda y la aparición de la brecha digital se configuran como detonantes del impacto de esta profunda crisis.

Ciertamente, nuestra sociedad es generalmente solidaria, especialmente en momentos difíciles y de catástrofe como ha ocurrido con la pandemia o el volcán de la Palma o la guerra de Ucrania. Sin embargo, en un tiempo de crisis acumulada, como nos toca vivir, nos da miedo un cierto cansancio o fatiga de solidaridad, de ahí que sigamos animando a mirar la realidad con los ojos de la fe para nos mueva al compartir y a comprometernos en una sociedad más justa.

-En Fratelli Tutti, Papa Francisco insiste en llevar a la práctica la parábola del Buen Samaritano para sanar a la sociedad. ¿Cuáles son las principales tareas?

-El papa Francisco nos recuerda que ante esta situación de crisis social no podemos permanecer indiferentes, como meros espectadores. Ni siquiera podemos conformarnos con ser críticos y esperar las soluciones de aquellos que nos gobiernan. Por ello, nos dice con rotundidad: “seamos parte activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas”.

La parábola, en ese sentido, nos invita a hacer el camino que conduce a la fraternidad pasando por la projimidad. Algunas tareas que tenemos como creyentes y como Iglesia son:

  • Dejarse conmover por el dolor de aquel que está al costado del camino.
  • Trabajar por su dignidad y sus derechos, superando cualquier tipo de asistencialismo paternalista.
  • Tener una mirada amplia, universal. Es lo que llamo el “cosmopolitismo samaritano” que nos ayuda a superar las barreras y tender puentes con las personas de otras culturas y países.
  • Trabajar por el bien común y la transformación de la sociedad.
  • Vivir el compromiso, no en solitario, sino en comunidad. Es toda la comunidad cristiana la que está llamada a comprometerse.

-¿Cuál puede ser el papel de la comunidad parroquial en esa tarea? ¿Cuál el de la familia y cuál el del resto de la sociedad?

-Estamos llamados a construir comunidades fraternas y cuidadoras, espacios de encuentro y acogida en nuestras parroquias. En la sociedad de los cuidados, la familia al completo, no sólo la mujer, tiene un papel fundamental, siendo parte activa en dicha sociedad que va más allá de la sociedad del bienestar, educando, cuidando y participando en el paso de una política del bienestar, en muchos casos insuficientes, a la política de los cuidados que da prioridad a los más vulnerables.

-En sus charlas insiste en el encuentro y en el cuidado. Haciendo un juego de palabras, ¿estamos descuidando ese encuentro, esa caridad, ese apoyo a los más necesitados?

-Ante una sociedad tan polarizada, y al mismo tiempo, tan plural, cultural y religiosamente hablando, la fraternidad nos ha de llevar por los caminos del encuentro, el diálogo, el fecundo intercambio y un horizonte más universal. Hemos de superar la cultura de la polarización con la cultura del encuentro y de los cuidados.

-Centrándonos en Cáritas. ¿Cómo estructuran el trabajo a nivel país-diócesis-parroquia? ¿Cuáles son sus retos actuales?

-Nuestro trabajo en Cáritas pivota desde la comunidad cristiana. No existe Cáritas al margen de la Iglesia, como no hay una comunidad auténticamente cristiana si no cuida la dimensión caritativa y social, pues forma parte de la vida y misión de la misma Iglesia. Entre los retos actuales quiero señalar estos:

  • Una presencia pública más significativa y profética.

  • Un papel mayor papel de la comunidad cristiana.

  • Superar el asistencialismo desde un enfoque de derechos.

  • Potenciar el voluntariado joven.

  • Cuidar mucho la espiritualidad, que nos anima y motiva para el compromiso con los más pobres.