Un solo caso de abuso hiere, nos convierte en un antisigno

Un solo caso de abuso hiere, nos convierte en un antisigno

EL PERIÓDICO EXTREMADURA 13-11-2023

se ha cumplido ya el primer aniversario de Ernesto Brotóns como obispo de Plasencia, en un año declarado como jubilar mariano y no ha dudado en mostrar en una carta abierta su opinión sobre los datos de abusos sexuales en la Iglesia, también ocurridos en la diócesis placentina. El obispo es siempre acogedor, cercano, no elude preguntas incómodas y pone a la persona por delante.

Se ha cumplido un año desde su ordenación. ¿Diría que ya está completamente asentado?

Estoy en ello. Me siento a gusto, muy bien acogido, querido… Sigo aprendiendo, escuchando y ya sintiendo como propios los gozos, fatigas… Me siento en casa.

¿Cómo ha sido pasar de sacerdote a obispo?

Sin duda, ha supuesto un cambio importante. Por un lado, salir de mi tierra, de mi espacio de confort, incluso el temor a no saber o no poder responder a la confianza puesta en ti y la misión encomendada. Es cierto que uno no está solo y sé muy bien de quién me he fiado. Luego Dios te regala con la gente muchos encuentros y momentos gozosos. Dios me regala cada día muchos rostros.

¿Qué balance hace de este primer año?

Lo primero que viene a mi mente es gratitud. Ha sido un año intenso, de muchos cambios, de escucha y aprendizaje. Me he sumado a una Iglesia con una gran riqueza humana y espiritual. Se van fraguando muchos proyectos, se vislumbran necesidades. Con todo, soy consciente de que me queda mucho por conocer, aprender y trabajar.

En diciembre del año pasado, se produjo un feminicidio y acudió a una concentración de condena, ¿por qué?

Mi reacción fue espontánea. Son de estas cosas que te salen de dentro, como el condenar el asesinato por violencia de género de una mujer en Béjar. Está en juego el valor y la dignidad de toda persona humana, de la mujer. Se nos ha olvidado mirar a los ojos de la gente, con una mirada que no cosifica ni etiqueta.

Ahora se ha hecho público el informe de abusos sexuales a menores en la Iglesia, con casos también en la diócesis. ¿Qué siente ante esto?, ¿entiende que puede haber un alejamiento de la Iglesia?

Siento preocupación, vergüenza, dolor. Mi carta abierta lo dice todo… Perdón, reparación. Claro que entiendo que la gente pueda alejarse de la Iglesia o incluso perder la fe. Ya solo un caso de abuso defrauda la confianza que se ha puesto en nosotros, escandaliza, hiere y nos convierte en un antisigno de lo que estamos llamados a transmitir. La gente espera de nosotros un referente moral.

¿Cómo se puede reparar un daño así?

Es un tema complejo porque no hay dos víctimas iguales. Hay que ver qué demanda cada persona y ofrecer acogida y acompañamiento, escucha. También me preocupa el victimario como pastor. Hay que ver qué hay detrás del abuso y qué se puede sanar. No obstante, algunos daños, realmente, son irreparables.

«No hay dos víctimas iguales, hay que ofrecer acompañamiento y acogida, aunque algunos daños son irreparables»
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En la oficina de atención a víctimas no ha habido denuncias. ¿Cómo se puede generar confianza si el victimario está en la Iglesia?

No es fácil, pero muchas cosas han cambiado y hay una mayor conciencia de la necesidad de poner a las víctimas en el centro. Los protocolos son claros y yo confío no solo en el perfil del personal de nuestra oficina, seglares, sino en la calidad humana y profesional de quienes la componen.

El Defensor del Pueblo destaca la transparencia de la diócesis de Plasencia, ¿cuál sería su actitud si conociera un caso de abuso en su mandato?

Sin transparencia no hay confianza. Si se nos diera un caso, aplicar de forma inmediata los protocolos que estamos reforzando, no dilatar. Estos son claros, escuchar y acoger, lo primero y, sin perjuicio de la presunción de inocencia, tomar de forma inmediata las medidas cautelares que fueran necesarias.

Se ha dado algún caso en el seminario. ¿Cree que puede afectar ala llegada de seminaristas?

Solo se ha dado uno y no era propiamente de abuso sexual directo. No percibo hoy temor en ese sentido, más bien la afección puede venir del alejamiento de la Iglesia, pérdida de credibilidad… Esto claro que afecta a las vocaciones.

Acaba de nombrar a un nuevo rector y se anuncian nuevos usos.

Son varios los proyectos para este espacio, algunos heredados como espacio de acogida de visitantes, peregrinos, para la oración y la adoración de la Eucaristía. He considerado conveniente que no pierda ese carácter de seminario y que nuestros seminaristas, mientras ejercen sus tareas pastorales los fines de semana, residan allí.

También ha dado luz verde a la transformación del comedor social, con nuevas duchas y el proyecto de instalar camas

Se trataba de dar una respuesta a necesidades que nos demandaban las propias personas que acuden. El objetivo es convertirlo en un espacio de acogida y de atención inmediata e integral para los más vulnerables. Ayudará a dignificar más la atención.

¿Qué más le gustaría hacer?

Me interesa el estilo, el desde dónde actuamos, vivimos y el cómo. Una Iglesia cercana, sencilla, hermana y servidora de los más pequeños, que se suba al carro de la sinodalidad; crecer en fraternidad y comunión; un plan pastoral; jubileos; reestructurar la vida diocesana…

Una vez que termine su mandato ¿Cómo le gustaría ser recordado en la diócesis?

Me conformaría con que la gente se hubiera sentido querida, acompañada y que les hubiera ayudado a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad, a sentirnos Iglesia.