“Ser sacerdote es la cosa más preciosa que se puede vivir”

“Ser sacerdote es la cosa más preciosa que se puede vivir”

El Padre Pawel Stepkowski Fijalkowski  celebró sus 25 años de sacerdocio en la Fiesta Sacerdotal de San Juan de Ávila.

 

–¿Qué valoración hace de sus 25 años de sacerdocio?

–Es la cosa más preciosa que pude vivir. Sentirme elegido por el Señor, siendo un chico de un pequeño pueblo, luego enviado por la Orden a España, es una cosa preciosa, lo más precioso de la vida. Yo no tengo dudas, ni por un momento que no pude encontrar una cosa más preciosa, más valiosa, más interesante. Yo lo valoro mucho. Por tanto hago una valoración positiva, de estos 25 años de labor sacerdotal.

–¿Qué momento de su vida sacerdotal guarda con especial cariño?

–Primero la vocación, sentirme llamado por el Señor. Lo recuerdo perfectamente porque entonces tenía novia y ver que mi vida podía dar un giro a una dirección inesperada por mí fue un golpe fuerte. Otro momento clave fue cuando mi superior me preguntó si estaba dispuesto a irme a España sin saber nada, ni el idioma ni las costumbres… Llegamos partiendo de cero pero nos sentimos rápidamente como en casa en esta diócesis de Plasencia. Aunque todo lo he vivido lleno de miedo y de inseguridad, por otro lado, ha sido lo más precioso porque me sentí otra vez llamado por el Señor. Pablo, ¿estás dispuesto a dejar todo como al principio? Una vez más dejar todo lo pasado y vivido en Polonia. El Señor arriesgó conmigo por eso digo que es lo más precioso en mi vida porque me ha dado la oportunidad de vivir otra vez la misma vocación, digamos renovada.

–¿Cómo va a celebrar sus bodas de plata sacerdotales?

-Estoy sorprendido y agradecidos por la celebración de hoy, con el Señor Obispo, con el clero diocesano y con todos los fieles que nos acompañan en esta fiesta de San Juan de Ávila.  También lo celebraré en las parroquias diocesanas en las que nos entregamos y espero vivirlo en Częstochowa, con mis compañeros del curso, once monjes de la Orden Paulina.

–¿Qué es lo mejor y lo peor de ser sacerdote?

–Lo mejor es entregar mi vida y ponerla en las mejores manos, en las de la vida eterna. Entregar mi alma y mi vida al Señor, es lo mejor. Y creo que esto es al mismo tiempo lo más difícil, por que, ¿sabes? es difícil enamorar te de alguien que no puedes tocar, porque ese enamoramiento para mí no es solo un trabajo, un puesto de trabajo, para mí es vivir este enamoramiento en el Señor, con el Señor, cada día, creerlo, entregarme, donarme a la gente, es a la vez lo más precioso y lo más difícil.

–¿Cómo animaría a los jóvenes a seguir la llamada de Jesús?

–Pues si quieren conocer quién es el Señor, yo creo que lo primero que tienen que hacer es responder positivamente a su llamada, por que es Él quien llama, quien convoca. “No soy vosotros los que me habéis elegido, he sido yo”. Entonces lo principal es responder positivamente si Dios les llama. Y otra cosa en la que estoy pensando, estos últimos días, y que los jóvenes deberían tener presente en sus vidas son las palabras de San Agustín: “No se tranquilizará, no reposará el corazón humano hasta que encuentre a Dios”.