02 Ene Sección Historia de la revista Iglesia en Plasencia: Santa Amalia y Medellín
Santa Amalia será el único pueblo de la zona donde tanto la iglesia parroquial, como la vida del sacerdote se salvan de la furia de los milicianos.
La iglesia parroquial aunque no sufrió ningún daño ni en su mobiliario ni en su fábrica, fue utilizada como prisión para las personas contrarias a los ideales republicanos, durante el mes que las fuerzas republicanas gobernaron en la localidad.
El párroco es encarcelado, en los primeros días de la guerra hasta el 17 de agosto en el que es liberado al tomar las tropas nacionales la localidad, durante su cautiverio sufrirá malos tratos y vejaciones a cargo de los milicianos forasteros que lo mantenían detenido.
Medellín
El 19 de julio de 1936 se forma un Tribunal Rojo que pasará a convertirse en checa compuesto por varios izquierdistas señalados, según los testimonios se convirtieron en el terror de la comarca, ya que ordenaban la detención de personas y sin juicio previo ordenaban su fusilamiento; estos tuvieron lugar en varias fechas uno de ellos la noche del 12 de agosto y la última el 25 de agosto de 1937, fusilando a un total de 29 personas.
La furia de los exaltados se dirigió inmediatamente contra los edificios religiosos de la localidad, la parroquia de Santa Cecilia y la iglesia de San Martín. Todo lo que había en su interior fue totalmente destruido, y el material resultante fue utilizado después para alimentar el fuego donde se preparaba la comida de los milicianos, llegando a obligar a mujeres piadosas a realizar esta tarea; hiriendo sus sentimientos religiosos a la vez que proferían toda clase de dichos sacrílegos. Nada se salvó de las llamas ni tan siquiera la hermosa talla de un Cristo crucificado del siglo XIII que se encontraba en la iglesia de San Martín. Una vez despojadas de todo las iglesias fueron utilizadas como prisión para las personas contrarias a la república.
El párroco en este momento es D. José María Nieto Corraliza, natural de Orellana la Vieja donde nació el 20 de marzo de 1886. Realiza sus estudios en el Seminario Diocesano y en la Universidad Pontificia de Toledo donde se licencia en teología; recibiendo la ordenación sacerdotal el 19 de febrero de 1910.
Desempeñará distintos cargos antes de ser párroco de Medellín; coadjutor de Madrigalejo, Zorita y San Martín de Plasencia y, ecónomo de Peraleda de la Mata y el Salvador de Béjar.
Los milicianos se dirigen a su domicilio el 19 de julio con intención de detenerle, pero D. José María les convence para que se marchen dándoles la palabra de que se presentaría solo en el ayuntamiento, cosa que hizo poco después. Ese mismo día en compañía de otros detenidos es llevado a la cárcel y al día siguiente lo trasladan a la iglesia de Santa Cecilia, convertida en prisión. Durante su cautiverio fue obligado a realizar todo tipo de trabajos, como tirar la basura o barrer la puerta de la iglesia.
El día 11 de agosto en compañía de otros detenidos es sacado de la prisión y en las proximidades del puente del rio Guadiana son fusilados. Testigos del suceso afirman que antes de morir, los milicianos querían obligarlo a decir ¡Viva Rusia! Pero él con más fuerza gritaba ¡Viva Cristo Rey!
Juan Antonio Corrales Muñana
Licenciado en Geografía e Historia, sacerdote y profesor de Historia de la Iglesia