Queridos jóvenes (carta abierta de Monseñor Brotóns tras la JMJ)

Queridos jóvenes (carta abierta de Monseñor Brotóns tras la JMJ)

Tras la celebración en agosto de una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, que congregó a más de un millón de jóvenes al encuentro del Papa Francisco y una amplia representación diocesana, nuestro Obispo, Monseñor don Ernesto J. Brotóns, quiere mandar un mensaje a nuestros diocesanos, con los que compartió una experiencia de fe inolvidable. La carta ha sido publicada en el número de la revista Iglesia en Plasencia, que salía publicado este domingo y la reproducimos a continuación.

Queridos jóvenes

Queridos jóvenes. Ha pasado ya un mes de la JMJ. Creo, sinceramente, que ha sido, para todos, un verdadero regalo, una verdadera fiesta, una oportunidad genial para el encuentro, para vivir y celebrar la fe, para sentirnos, junto al Papa y a tantos jóvenes de todos los rincones del mundo, parte de esta gran familia universal que es la Iglesia. Al menos para mí sí han sido un regalo estos días compartidos con todos vosotros. Gracias de verdad y de corazón.

Os invito, ya con más calma, sin las euforias y cansancios del momento, a rumiar en oración, como María, todo lo vivido. Buscad, por favor, espacios y ratos para recordar, orar y agradecer este regalo. Compartidlo con vuestros amigos, en vuestros grupos, en casa…

Nos decía el Papa: “Es hermoso lo que estamos experimentando con Jesús, lo que hemos vivido juntos, cómo hemos rezado, y con tanta alegría de corazón. Y entonces nos podemos preguntar: ¿qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?”.

Al responder a esta pregunta, no es difícil evocar en primer lugar el cariño de las familias y voluntarios que nos acogieron en los días previos en las diócesis. Nos abrieron su casa y su corazón. No hay palabras para agradecerlo. Sin duda, todos ellos fueron signo e instrumento, es decir, un sacramento, de la ternura de Dios. Gracias, Silvia, Rodrigo, Milène, Ângela, Jesuina…

Han sido días de encuentros, ya de entrada con jóvenes de todo el mundo, cada uno con la mochila de su vida a cuestas, rostros esperanzados y alegres, a pesar, incluso, del cansancio, del calor o de los apretones, que nos han permitido descubrir y experimentar que, aunque podamos ser pocos en nuestras parroquias y pueblos, no estamos solos. También han sido días de encuentros hondos con uno mismo, con la Iglesia, con el sucesor de Pedro, con María, con Cristo.

El mensaje sencillo y directo y los gestos de cercanía del Papa Francisco nos han vuelto a cautivar. Recuerdo alguna de sus palabras: Dios te ama, te llama por tu nombre, no tengas miedo, confía, camina con Jesús, Él siempre nos acompaña, su amor es gratuito, hasta dar la vida, arriésgate a amar, en la Iglesia cabemos todos, escucha, resplandece, no tires la toalla, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudar a levantarse…  María “se levantó y se puso en camino sin demora”. Va porque ama, y “el que ama, vuela, corre y se alegra”.

Quiero agradecer el trabajo y el esfuerzo de todos los que han hecho posible nuestra participación en este encuentro, empezando por Aurora, directora del Secretariado, y todo nuestro equipo de Pastoral Juvenil, los sacerdotes, animadores y catequistas que habéis acompañado a los jóvenes, el Comité organizador de la CEE, los voluntarios, tanta gente que ha orado por nosotros y un largo etc.

Y, sobre todo, quiero animaros a todos, a los que habéis ido a Lisboa, a los que habéis participado desde casa o desde vuestras parroquias, o a los que no habéis podido tomar parte de esta Jornada, a mirar hacia adelante. Cristo sigue saliendo a vuestro encuentro cada día, como lo ha hecho en la JMJ. Os invito a que seáis parte activa, presente vivo, de nuestra Iglesia diocesana de Plasencia, de la pastoral juvenil de la diócesis, de vuestras parroquias, movimientos, cofradías, colegios…

Es mucho el trabajo por hacer. A lo largo del curso, desde Pastoral Juvenil, os llegarán, seguro, propuestas concretas (son muchos los retos que tenemos por delante) y otras os vendrán de vuestro entorno más cercano, pero no tengáis miedo de proponer y de plantear vuestras iniciativas. ¡Ayudadnos a llenar de vida nuestra Iglesia y sed testigos de lo que habéis vivido, del amor de Jesús, en vuestros ambientes! Os necesita nuestra Iglesia, como os necesita la sociedad para ser más humana. Cuento con vuestra presencia en la próxima asamblea diocesana de septiembre y con vuestra opinión en el análisis de la realidad de nuestra diócesis que ese día plantearemos. Os lo repito una vez más: no sois solo el futuro de nuestra Iglesia, sois su presente.

Aprovecho estas líneas para animar y dar las gracias a vuestras familias y a vuestros sacerdotes, religiosos, catequistas, maestros, animadores etc. que os ayudan cada día a crecer en la fe. No olvidéis, jóvenes, que vosotros también nos ayudáis a crecer.

Ánimo a todos y feliz curso. Nos vemos.

Con mi afecto y bendición

+Ernesto Brotóns

Obispo de Plasencia