Plasencia clama por la Vida en la jornada que cierra la Semana de Familia y Vida

Plasencia clama por la Vida en la jornada que cierra la Semana de Familia y Vida

No podía tener mejor cierre la Semana de Familia y Vida que una excelente Jornada coincidiendo con la celebración Nacional y con un día muy especial para la Diócesis, pues esta tarde se abría la Puerta Santa del Santuario de la Virgen del Puerto que ha dado paso al Año Jubilar Mariano. Bajo el lema Contigo por la vida siempre, la Pastoral Familiar y el Centro de Orientación Familiar (COF) han cerrado una semana plena de actividades (y de trabajo) que ha acercado la realidad a la diócesis. Una semana para reivindicar la VIDA con mayúsculas, en toda su extensión y en todas sus formas que llega hoy a su fin con una jornada lúdica y reivindicativa, una jornada festiva abierta a la participación de todos los placentinos. Con la Plaza Mayor como eje, a las 10.30 horas arrancaba el día con el Mercadillo solidario. A las 12.30 empezaba el momento álgido de la actividad que daba paso a la lectura del Manifiesto a cargo de Gema Díaz Rodríguez, compañera de Cope Plasencia y directora de los espacios diocesanos de la cadena en Plasencia, que precedía también a otra suelta de globos.

Por la tarde se celebraba la III edición de la Marcha Por la Vida, que partía a las 16 horas desde el parque de la Coronación para unirse, en el Hospital, a las 17 horas, con la Peregrinación hacia el Santuario de la Virgen del Puerto donde daba comienzo el Año Jubilar Mariano.

A continuación reproducimos de forma íntegra el manifiesto leído.

XVIII Semana Diocesana de Familia y Vida

  1. Proclamamos que toda vida humana, imagen de Dios su Creador, es valiosa, única e irrepetible, y tiene dignidad en sí misma, independientemente de la edad, la enfermedad, la discapacidad o cualquier circunstancia adversa y ha de gozar de plena protección.

  2. Consideramos que todo ser humano tiene derecho a la vida y a ser acogido, cuidado y amado, desde su concepción hasta la muerte natural y en todos los momentos y circunstancias. A nadie le asiste derecho alguno a decidir quiénes pueden o no vivir.

  3. La defensa del valor y dignidad de la vida humana es condición necesaria para la justicia y la paz. No es una cuestión de preferencia personal, no puede estar determinada por ninguna ideología ni puede depender de intereses políticos, económicos o cualquier otro que menoscabe su integridad y plenitud.

  4. Reivindicamos la riqueza de la maternidad, que no supone ningún menoscabo y sí una grandeza de la mujer. Es responsabilidad social y política hacer compatible este derecho con el del trabajo y la elección libre de la forma de vida.

  5. Rechazamos todas las leyes y prácticas que atentan contra la vida y la naturaleza humana en cualquier momento de su existencia, así como los negocios e ideologías que las sustentan.

  6. Exigimos que no se oculte la verdad biológica de la vida humana, ni los conocimientos y experiencias que pueden aportarse desde todos los ámbitos. Asimismo, exigimos que no se utilice el lenguaje para manipular socialmente y ocultar la tragedia, dolor e injusticia que producen los atentados contra la vida.

  7. Reclamamos que, de manera prioritaria, los avances médicos y los cuidados lleguen a todos sin excepción, a quienes aún no han nacido y a sus madres, a los enfermos crónicos, a quienes padecen enfermedades poco o muy frecuentes, a quienes necesitan paliativos… y se destinen a ello todos los recursos materiales y personales necesarios.

  8. Respaldamos y agradecemos a todas las personas y asociaciones que, movidas por la fe o por la solidaridad humana, desde distintos campos de acción, con valentía creativa trabajan a favor de toda vida humana, a pesar de las muchas dificultades e incluso de la persecución.

  9. Queremos comprometernos en promover e impulsar una cultura de la vida, una cultura generosa, acogedora, constructiva, alegre, que atiende a las situaciones de vulnerabilidad, cura heridas, que no se rinde porque sirve a la Verdad y la justicia.

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