Oración de la consagración de la Península Ibérica a la Virgen

Oración de la consagración de la Península Ibérica a la Virgen

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Hoy a las 19. 30 horas, por invitación de la Conferencia Episcopal Española, rezo del Santo Rosario desde el Santuario de Fátima, que culminará con la consagración de la Península Ibérica a la Santísima Virgen. Esta celebración podrá seguirse por medios audiovisuales tales como Cope, TRECE, YouTube, etc.

Esta es la Consagración que se rezará esta tarde en Fátima.

 

Corazón de Jesucristo, médico de las almas,

Hijo amado y rostro de la misericordia del Padre,

la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son Tuyas-

mira para Tu costado abierto, que es su fuente de salvación, y Te suplica, en esta singular hora de sufrimiento, asiste a Tu Iglesia,

inspira a los gobernantes de las naciones,

escucha a los pobres y a los afligidos,

enaltece a los humildes y a los oprimidos,

sana a los enfermos y a los pecadores,

levanta a los abatidos y a los desanimados,

libera a los cautivos y prisioneros y líbranos de la pandemia que nos afecta.

Corazón de Jesucristo, médico de las almas,

elevado en lo alto de la Cruz y palpado por los dedos del discípulo en la intimidad del cenáculo,

la Iglesia que peregrina sobre la tierra en Portugal y España -naciones que son Tuyas-

Te contempla como imagen del abrazo del Padre a la humanidad,

ese abrazo que, en el Espíritu del Amor, queremos darnos unos a otros

según Tu mandato en el lavatorio de los pies, y Te suplica en esta singular hora de sufrimiento,

ampara a los niños, a los ancianos y a los más vulnerables,

conforta a los médicos, a los enfermeros, a los profesionales de la salud y a los voluntarios cuidadores,

fortalece a las familias y refuérzanos en la ciudadanía y en la solidaridad,

sé la luz de los moribundos, acoge en Tu reino a los difuntos,

aleja de nosotros todo mal y líbranos de la pandemia que nos afecta.

Corazón de Jesucristo, médico de las almas e Hijo de Santa María Virgen,

por medio del Corazón de Tu Madre,

a quien se entrega la Iglesia que peregrina sobre la tierra

en Portugal y España -naciones que desde hace siglos son Suyas-

y en tanto otros países, acepta la consagración de Tu Iglesia.

Al consagrarse a Tu Sagrado Corazón,

la Iglesia se entrega a la protección del Corazón Inmaculado de María,

configurado por la luz de Tu pascua y aquí revelado a tres niños

como refugio y camino que conduce a Tu Corazón.

Sea Santa María Virgen, Nuestra Señora del Rosario de Fátima,

la Salud de los Enfermos y el Refugio de tus discípulos nacidos junto a la Cruz de Tu amor.

Sea el Inmaculado Corazón de María, a quien nos entregamos, quien diga con nosotros en esta singular hora de sufrimiento, acoge a los que perecen, da aliento a los que a Ti se consagran y renueva el universo y la humanidad. Amén.