Monseñor Cerro: ‘Dilexit nos’ ofrece esperanza al mundo (entrevista en Iglesia en Plasencia)

Monseñor Cerro: ‘Dilexit nos’ ofrece esperanza al mundo (entrevista en Iglesia en Plasencia)

A continuación les ofrecemos la entrevista que concedió a Iglesia en Plasencia el Excmo. y Rvdmo. Monseñor don Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo, Primado de España, con motivo de su participación en la Formación Permanente del Clero, donde analizó la encíclica de Papa Francisco, ‘Dilexit nos’.

«Dilexit nos ofrece esperanza al mundo»

Nacido en la localidad extremeña de Malpartida de Cáceres, el Excmo. y Rvdmo. Monseñor don Francisco Cerro Chaves, Primado de España, fue ordenado sacerdote en Toledo en 1981. Cursó Bachillerato y Filosofía en Cáceres, completando los Estudios Teológicos en el Seminario de San Ildefonso de Toledo. Obtuvo la Licenciatura y el Doctorado en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y es doctorando en Teología de la Vida Consagrada en la Universidad Pontificia de Salamanca. Es autor de más de 120 publicaciones y miembro de distintas fundaciones e institutos. Pastoralmente trabajó en Valladolid en distintos cargos hasta que en 2007 el Santo Padre le nombró Obispo de Coria-Cáceres. Es presidente del Comité Nacional del Diaconado Permanente, en la Conferencia Episcopal Española, y miembro de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias y de la Comisión Episcopal del Clero desde 2017. El 27 de diciembre de 2019 se hizo público su nombramiento por el Santo Padre Francisco como Arzobispo de la sede Metropolitana de Toledo, Primada de España. Desde ese día fue Arzobispo electo de esta Archidiócesis y Administrador Apostólico de Coria-Cáceres. Tomó posesión como Arzobispo de la Archidiócesis el 29 de febrero de 2020.

El pasado 9 de octubre arrancaba un nuevo curso de la Formación Permanente del Clero y bajo la batuta de don Juan Carlos Milla cuarto. En la presentación del mismo en Plasencia, Monseñor don Francisco Cerro, fue el encargado de dar la conferencia inaugural bajo el título ‘El sacerdote es el Amor del Corazón de Jesús. Una reflexión a la luz de Dilexit nos’. En ella, analizaba la última encíclica de Papa Francisco. En Iglesia en Plasencia nos adentra en la importancia y significado de la misma.

-¿Qué trata la encíclica?

-Dilexit nos es la última carta encíclica que escribió Papa Francisco y es sobre el Corazón de Jesús. Lo adapto a cómo el corazón de Jesús tiene que ser el amor del sacerdote, tiene que ser la vivencia del sacerdote como ‘Buen Pastor’ que quiere vivir con los sentimientos del corazón de cristo. Por lo tanto, la encíclica Dilexit Nos (Nos amó) pues es vivida desde la vida sacerdotal y es el objetivo de este encuentro de la Formación Permanente del Clero.

-¿Por qué diría usted que es una encíclica actual?

-Porque como decía San Agustín, el Corazón habla al corazón. Decía Martín Descalzo que lo mejor que se puede decir de una persona es “vaya corazón que tienes, pero qué buen corazón tienes, eres todo corazón”, y lo peor que se puede decir de una persona es que no tiene corazón. Entonces lo mejor que podemos decir de Dios es que Dios es amor. Dios nos ha amado con un corazón humano en Jesucristo. Y lo mejor que se puede decir de un sacerdote es que es un sacerdote con corazón, que entrega la vida, que ama y que vive con los sentimientos del corazón de Cristo.

-¿Qué implica la encíclica para la vida cotidiana de los sacerdotes?

-Implica vivir su vida sacerdotal de veras, es decir, vivir la vida sacerdotal como lo más importante, que es el ministerio de su pastoreo. Ahí entra la Eucaristía, que es el Corazón Vivo de Cristo, entra el perdón de los pecados, el sacramento de la penitencia, de la reconciliación, entra la predicación de la Palabra de Dios, el pastoreo de su pueblo con los sentimientos del Corazón de Jesús, entra también el servicio a los más pobres, que tienen que ser los predilectos del sacerdote.

¿Qué implica para la vida del cristiano?

-Pues implica que un cristiano por el Bautismo también tiene que vivir la Santidad. Un cristiano tiene que ser realmente y vivir profundizando siempre en la coherencia evangélica. Tiene que ser que lo que quiere vivir y predicar tiene que nacer de su unión con Cristo. Y eso vivido en la vida es la Santidad. Todo hombre o mujer está llamado a vivir su Bautismo, a identificarse con Cristo, a entregar la vida, a transformar el mundo según el corazón de Dios. Todo lo humano porque Jesús tiene corazón me interesa y me interesa y me interesan los problemas de la humanidad, la guerra, los conflictos, los sufrimientos, el paro, las dificultades que tiene el hombre de nuestro tiempo. Todo eso interesa, porque como dice el Vaticano II todo tiene resonancia en el corazón de Cristo y todo lo humano es digno de ser vivido porque todo lo ha vivido Cristo.

“Un cristiano, por el Bautismo también tiene que vivir la Santidad. Un cristiano tiene que ser realmente y vivir profundizando siempre en la coherencia evangélica”

-¿Qué puede ofrecer al mundo actual la encíclica?

-Yo pienso que puede ofrecer esperanza. En un mundo sin corazón, en un mundo sin entrañas de misericordia, en un mundo tremendamente roto, el corazón de Cristo restaña heridas, anima la esperanza, abre puertas de misericordia. Creo que es lo que necesita el mundo de nuestro tiempo. Necesitamos verdaderamente que nuestra sociedad, nuestro mundo, sea un mundo con corazón.

-A veces parece que el corazón de la gente fuera de piedra.

-Exactamente. A veces sí que es verdad que muchas veces parece que el corazón, como dice el Salmo famoso del salmo 50: “Arrancaré tu corazón de piedra” y “el corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias”, en este mundo a veces un corazón duro, sin entrañas de misericordia, un corazón de piedra. El corazón de Jesús nos llama a vivir con los sentimientos de su corazón y vivir con Esperanza.

*Horas antes de realizar esta entrevista, se alcanzaba un principio de acuerdo de paz entre Israel y Hamás.

-Parece ser que hay un principio de acuerdo de paz entre Hamás e Israel.

-Bienvenido porque es un drama tremendo en aquellos lugares, la muerte de tantas mujeres y niños. Es una llamada a todos para ponernos las pilas y trabajar por la paz en todos los lugares. Eso que han dicho tantas veces los papas que con la paz no se pierde nada y con la guerra se pierde todo. Creo que la mayor injusticia es la guerra y hay que luchar para que haya paz en el mundo. Eso es lo que clama la Iglesia y es lo que necesita nuestro mundo, una paz duradera y yo creo que en esa zona ojalá sea verdadera, porque aquello es irrespirable, una auténtica injusticia tremenda contra la humanidad, contra los más pobres y vulnerables de la tierra.