‘Los enfermos son lo más importante’. Jornada Mundial del Enfermo

‘Los enfermos son lo más importante’. Jornada Mundial del Enfermo

Con motivo de la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo el pasado domingo día 11, la revista diocesana Iglesia en Plasencia publica en sus páginas estos testimonios de Visitadoras de Enfermos de la Diócesis como homenaje a todas las personas que dedican su tiempo a los enfermos diocesanos.

“Los enfermos son lo más importante”

Manuela Guisado Gallardo tiene 80 años de edad nació en La Haba (Badajoz) y actualmente vive en Don Benito. Es visitadora de enfermos desde que era pequeña, “empecé en mi pueblo siendo una niña porque mi madre ayudaba a los pobres y a los enfermos”. Luego se trasladó a Don Benito con su marido y sus tres hijos donde siguió con esta labor en la parroquia Santiago Apóstol, “no se echar la cuenta pero yo diría que soy visitadora desde hace más de 40 años”. Manuela visita actualmente a cuatro enfermos, “he llegado a tener hasta 11 pero yendo a visitar me atropelló un coche, me tuvieron que operar y me cuesta más desplazarme”. Pertenece a la Renovación Carismática Católica y en sus visitas además rezar con los enfermos les administra la Comunión, “los enfermos son lo más importante porque veo a Dios en ellos, reciben al Señor y yo soy su instrumento. El Señor me ha dado ese don y lo pongo al servicio de los que lo necesiten”.

 

“Les doy mi tiempo y mi fe”

Asunción Montero Rodríguez está en el grupo de Visitadoras de Enfermos de la parroquia El Salvador de Plasencia desde hace unos diez años y además es voluntaria de Cáritas. Quiso ser visitadora porque “hay muchas personas mayores, enfermas, que sufren, están tristes, solas, con muchas necesidades y yo, sintiendo la llamada de Dios, me comprometí en esta obra de misericordia de amor al prójimo, a ayudarles dentro de mis posibilidades”. Asun, conocida así por todos, reconoce que para ella es una satisfacción “darles mi tiempo, mi fe, ver en ellos a Jesús, escucharles, acompañarles, rezar juntos, que me cuenten sus inquietudes y ayudarles a salir de sus rutinas diarias”.

“Doy gracias a Dios por elegirme para desempeñar esta obra que me sirve para aumentar mi fe y fortalecer mi vida cristiana. Me siento un instrumento del Señor, a su servicio, cumpliendo el mandamiento del amor a Dios y al prójimo”. Además Asun anima a que más gente sea visitadora de enfermos porque “será el tiempo mejor aprovechado de sus vidas, un tiempo que ayuda a los enfermos a ser más felices. Cuando nos despedimos, en cada visita, nos dicen siempre que volvamos pronto”.