01 Nov Los cristianos celebran este fin de semana los Santos… y los Fieles Difuntos
Los primeros días de noviembre se viven dos de las celebraciones principales en el calendario litúrgico, la de Todos los Santos, el 1 de noviembre, y la de los Fieles Difuntos, el 2.
Fiesta de Todos los Santos y su significado
La liturgia católica ha dedicado esta Fiesta especial a hacer presentes en nuestra memoria a todas aquellas personas que, superando la debilidad y las tentaciones, fueron dóciles a la acción del Espíritu Santo y ahora comparten la gloria de Cristo. En palabras del delegado de Liturgia, “recordamos, pues, que los santos son todas aquellas hijas e hijos de Dios que vivieron la fe, la esperanza y la caridad siguiendo el ejemplo de Jesús, y que practicaron en modo eminente las Bienaventuranzas descritas en el Sermón de la Montaña. (Mt 5, 1-12)”.
Esta fiesta nos recuerda que podemos vivir ya desde ahora en la vida eterna si nos comprometemos con determinación a transformar este mundo con la fuerza del Evangelio. Sus raíces son antiguas: en el siglo IV se empezó a celebrar la conmemoración de los mártires, común a varias Iglesias. Los primeros rastros de esta celebración los encontramos en Antioquía, en el domingo después de Pentecostés; san Juan Crisóstomo ya hablaba de ello. Entre los siglos VIII y IX, la fiesta comenzó a difundirse en Europa, y en Roma específicamente en el IX: aquí fue el Papa Gregorio III (731-741) quien eligió la fecha del 1 de noviembre para coincidir con la consagración de una capilla en San Pedro dedicada a las reliquias «de los Santos Apóstoles y de todos los santos mártires y confesores, y de todos los justos hechos perfectos que descansan en paz en todo el mundo». En la época de Carlomagno esta fiesta ya era ampliamente conocida y celebrada.
* En este día es costumbre mostrar a los fieles las reliquias de los santos de cada iglesia para su veneración.
Conmemoración de los fieles difuntos.
Ya en el siglo II se encuentran testimonios de que los cristianos rezaban y celebraban la Eucaristía por sus difuntos. Al principio, en el tercer día después de la sepultura, luego en el aniversario. Más tarde, el séptimo día y el trigésimo. En el año 998, el abad Odilón de Cluny (994-1048) hizo obligatoria la conmemoración de los difuntos, el 2 de noviembre, en todos los monasterios a él sometidos. En 1915, Benedicto XV concedió a todos los sacerdotes el derecho a celebrar tres Misas en este día, con la condición de que una de las tres se aplique libremente, la segunda Misa, se dedique a todos los fieles difuntos. Se puede ganar la indulgencia plenaria aplicada a los difuntos visitando los cementerios y orando por los que han muerto.
*En España es tradición visitar a sus difuntos en los cementerios. También hay representaciones teatrales famosas como Don Juan Tenorio. En Extremadura es típico reunirse para asar castañas en el campo (Chiquitías o Calvotadas). Son típicos los buñuelos de viento, los huesos de santo, las castañas asadas, el membrillo y la granada.