La Placentina Paola Merideño realiza sus votos perpetuos este sábado, en la SI Catedral

La Placentina Paola Merideño realiza sus votos perpetuos este sábado, en la SI Catedral

Buenas noticias para nuestra Diócesis con la Profesión Perpetua de la placentina Paola Merideño este sábado, en la SI Catedral, a partir de las 17 horas, en una ceremonia que será oficiada por don David Calderón, Vicario de Pastoral y canónigo de la seo. En una época en la que las vocaciones se han visto reducidas por diferentes motivos, Paola Merideño Escribano, nacida en Plasencia hace 29 años, realizará mañana sus votos perpetuos acompañada por familiares, amigos y por hermanas del Colegio Madre Matilde, pues ha decidido consagrarse como religiosa de las Hijas de María Madre de la Iglesia, orden enraizada en Plasencia. Como ella misma confiesa, su etapa en el centro le marcó. «Sí, claro. Estudié allí y estar en el colegio me permitió también tratar con las hermanas de una forma distinta a las propias clases. Eso me abrió un mundo muy distinto. Pude profundizar en Dios y empecé a trabajar en grupos de acción y a estar más comprometida. Decidí ingresar en el mundo de la vida religiosa. Les pedí ayuda y me la ofrecieron y me acompañaron durante siete años hasta que dí el paso formal de ingresar en la congregación el 9 de septiembre de 2014. Hice el aspirantado, luego el postulantado en Béjar, en Nuestra Señora de El Castañar, donde conocía la misión y el carisma y luego realicé el noviciado, dos años en Madrid», resume Paola, que reconoce que el noviciado fue una etapa también muy importante.

«Lo fue porque, como digo yo, fue intercultural. Pude compartir mi experiencia como extremeña y conocer otro tipo de culturas. Fue un cambio radical, dejar mi familia, mis amigos, pasar a una vida más seria, más concreta. Fue un cambio de entregarlo todo», añade, pero deja claro que «tomar la decisión de convertirte en religiosa no es una ruptura total sino pasar a tener otra actividad en la que desarrollas mayor implicación, pero tu familia y amigos siguen ahí, aunque ahora dediques más tiempo a otra cosa».

Y así llegamos al momento de las dudas. «Las dudas las vamos a tener siempre. Da igual que sea en la vida religiosa o en la familia, pero está claro que si no das el paso nunca vas a saber resolverlas. Las dudas son de miedo, de desconocimiento. Van a estar siempre y en cualquier proceso. Lo que sé es que ahora estoy feliz. Claro que tengo dudas y miedos, pero hay que superarlos y se que Dios está ahí», exclama.

Por eso está preparada para una nueva etapa con Dios presente. «Creo que es todo. Aporta felicidad. Todas las cualidades que tienes y que te ha regalado Dios. Compartes en vida comunitaria y vida fraterna. Es estar las veinticuatro horas pendiente del más necesitado. Dar sin esperar nada a cambio. Tienes satisfacciones, pero es cierto que a veces crees que no das lo suficiente y muchas veces, tengo claro, recibes más de lo que das», nos explica.

Paola tiene muy definida su misión. «Los carismas de nuestra congregación son principalmente la educación y la rama sanitaria y de cuidado de personas. En mi caso soy maestra de Educación Infantil en Canarias, en el Puerto de la Cruz. Coordino la etapa de preescolar, una etapa muy importante, porque es una etapa muy vulnerable y hay que tener mucha sensibilidad. Lo que sí tengo claro es que la educación principal es en casa y que nosotros lo que hacemos es reforzarla. Vamos desarrollando a los pequeños en los distintos ámbitos en que se van a desenvolver. Además, es importante, por supuesto, la transmisión de la fe. Creo que con el cariño, la cercanía, estar pendientes de los padres, ya con ese acto de presencia, ya transmites la fe y los valores que entiendo que los padres quieren transmitir cuando eligen nuestro centro». Aun así, es consciente de que hay etapas en las que no es tan fácil transmitir la fe, por ejemplo la adolescencia. «Estamos trabajando en ello y estoy segura que lo conseguiremos», afirma de manera optimista.

Queda horas y los nervios empiezan a aflorar. «Buenos. la verdad es que llegué hace un par de días a Plasencia y no he parado. Entre los preparativos, hablar con personas de la Catedral, pues no paro». Pero a pesar de esos nervios, su fe se mantiene inquebrantable y este sábado la mostrará a toda la comunidad y a toda la diócesis para pasar a formar parte de su congregación y de esa gran familia de los que un día abrazaron a Dios para acompañarle todos y cada uno de sus días.