La Oficina para la protección de menores sigue dando pasos importantes

La Oficina para la protección de menores sigue dando pasos importantes

La realidad de los abusos sexuales cometidos contra menores o adultos vulnerables en la sociedad es una realidad grave que afecta a toda la sociedad y que precisa de una reacción importante. La Iglesia en España, siguiendo lo dispuesto por la Santa Sede, ha dado numerosos pasos para conocer lo ocurrido en torno a los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia, disponer los protocolos que señalan el modo de actuar si éstos se producen y establecer la formación necesaria para prevenir los abusos y proteger a los menores.

Nuestra Diócesis de Plasencia cuenta desde marzo de 2020 con una Oficina para la la protección de menores y prevención de abusos. Esta oficina empezó bajo la coordinación de don Francisco Rico y, desde hace, aproximadamente un año está integrada por Dña Elena Ramos Berrocoso, psicóloga clínica, como coordinadora y cuenta con un equipo formado por Salvador Ramajo Ramajo, psicólogo, y Luis Ignacio Díez Mateos, abogado, con la con la finalidad de facilitar y asegurar que las noticias sobre posibles abusos sexuales sean tratadas en tiempo y forma de acuerdo con la disciplina canónica y civil, respetando los derechos de las personas implicadas,

Esta oficina, junto a las de las diócesis de Coria/Cáceres y Mérida/Badajoz, viene trabajando desde el pasado curso en la elaboración de un Protocolo de prevención y actuación ante casos de abusos, una Guía de buenas prácticas y criterios básicos de actuación para la protección de menores y los Estatutos de las Oficinas de Protección de la Provincia Eclesiástica de Mérida/Badajoz.

Durante el próximo curso, el objetivo de la oficina es el de afrontar una gran labor de sensibilización y formación para prevenir cualquier forma de abuso y de modo particular en lo que se refiere a menores y personas vulnerables, creando espacios seguros en los que el desarrollo de las actividades pastorales, formativas o asistenciales, sean una expresión del compromiso de la Iglesia en el cuidado y la protección de las personas, especialmente de aquellas que, por edad o por su grado de sean más vulnerables.

*Artículo publicado en el último número de Iglesia en Plasencia.