La Escuela Hogar Guillén Cano Bote, referente y trampolín para las jóvenes en Trujillo

No siempre las cosas salen como se quiere y no todo el mundo tiene siempre las mismas oportunidades. Por eso, hace ya más de medio siglo, el matrimonio formado por María Guillén Cano y Antonio Bote decidieron financiar a través de la Fundación que lleva su nombre, una residencia de niñas en Trujillo para acoger a aquellas jóvenes que, por falta de oportunidades, no podían desarrollar todo su potencial. Con el apoyo de consagradas consiguieron convertirla en todo un referente que, en los últimos años, con la ayuda de la Junta de Extremadura, ha dado respuesta a múltiples necesidades. Después de dos años de ‘marcha atrás’ por las limitaciones de la pandemia, actualmente van recuperando su forma y esperan seguir creciendo para el próximo curso.

Sin duda, el proyecto es necesario y se ha convertido en un apoyo para muchas jóvenes que encuentran en el centro la posibilidad no sólo de lograr su desarrollo personal, sino también el espiritual. A pesar de ello, y tal y como expresan las consagradas responsables “no es un requisito. Muchas chicas vienen de familias no creyentes. Algunas terminan acercándose a Dios. En ese sentido, la respuesta es bastante positiva y a nosotras, por nuestra condición y por la condición de la Fundación, nos interesa que se vea que cuando uno tiene a Dios dentro, todas las capacidades salen fuera. Nuestra labor siempre está marcado por el carácter religioso y la parte espiritual de la persona. El trabajo que realizamos es grande, pero, a la vez muy gratificante. Vienen antiguas alumnas, ya, incluso, superados los cuarenta años y se muestran muy agradecidas de haber recibido una formación tan completa. No hay mayor gratificación. Las niñas son educadas en libertad», señalan las responsables.

La Fundación Guillén Cano Bote tiene un patronato con don Ciriaco Benavente, obispo AA, al que acompañan el párroco de Trujillo, don Juan Carlos Milla, y un representante de la familia. En la actualidad, don Juan María García de Guadiana. Tienen capacidad para albergar a unas sesenta jóvenes, aunque por la pandemia, esta cifra se ha reducido. Aun así, ya este año se ha experimentado un importante repunte.

En su éxito está también el seguimiento que mantienen de las jóvenes y el contacto continuo con chicas que terminan su etapa de ESO y Bachillerato y dan el salto a la Universidad. Ese vínculo queda para siempre y los testimonios de las jóvenes hablan por sí solos, pues la Escuela Hogar les da una oportunidad que no tenían en sus entornos familiares, económicos y sociales. El hecho de residir en un régimen marcado no sólo por el tema docente, sino también por aprender y realizar todo tipo de labores necesarias en el día a día les lleva a ser más responsables y reforzar la convivencia entre ellas. Son “como una familia en la que potencian sus habilidades. También por el hecho de que podemos acompañarlas en su educación y, por así decirlo, personalizarla en función de cada una. Podría decirse que es un lujo, pero es lo que perseguimos, que las niñas que no tienen la opción de acceder a una educación completa, la puedan tener aquí. Que el dinero u otros factores, no sea un impedimento”, señalan las responsables, que reconocen que “ellas llevan un régimen en la comida, en el deporte y salen muy preparadas y obteniendo muchos frutos de su esfuerzo. Es muy bonito ver niñas que en un principio parece que no van a llegar y que a través de la labor que todos realizamos alcanzan grandes metas”.

Las excursiones son una de las actividades más celebradas por las alumnas

En esa labor cuentan con el inestimable y necesario apoyo de la Junta de Extremadura. Hacen la primera selección a través de sus trabajadores sociales, que confirman que las alumnas cumplen los requisitos necesarios para poder beneficiarse de la Fundación. También el propio Patronato es responsable del ingreso de algunas niñas.

Éstas son de edad Infantil, Primaria y Secundaria.

Este curso han contado ya con 23 internas y cinco niñas que dependen de la Fundación en Madrid. Tienen niñas de Cadalso, Valdefuentes, Logrosán ,… en definitiva, de toda Extremadura, a pesar de su raigambre en Trujillo y comarca. No en vano disfrutan de unas instalaciones de primer nivel (dormitorios climatizados, biblioteca, sala lúdica, cine fórum, estudios, teatro, comedor, galería musical, parque infantil, parque, polideportivo, huerto). Además, se realizan actividades paralelas tales como excursiones o campamentos.

Las chicas asisten por la mañana a colegios públicos y regresan a comer. A partir de ahí comienza el trabajo de refuerzo de la Fundación, en la que participan las tres consagradas y profesores de la Junta de Extremadura. Los fines de semana, muchas de ellas disfrutan de sus familias. Alejandra Longo, Míriam Vargas y María Esperanza San Martín son las responsables de la Fundación, pues uno de los requisitos del matrimonio Guillén Cano Bote fue que estuviera llevada en su día a día por consagradas.

Gracias a esa mezcla de gestión pública y privada, se permiten ofertar becas de residencia, ayuda académica y acompañamiento profesional.

El contacto se puede establecer a través de:

Teléfono 927 321010

Correo fundacionguillencanobote@gmail.com .

Sede: avenida de Monfragüe, 58 (10.200, Trujillo –Cáceres-).

WEB: www.ehguillencanobote.educarex.es

 

*A través de nuestras redes, les ofreceremos testimonio de numerosas alumnas que han encontrado en la Escuela Hogar Guillén Cano Bote un trampolín hacia un futuro ilusionante. Dos de ellos se los mostramos ya a continuación.

Elena.

Elena

“Hola. Soy Elena, antigua alumna. Estuve en la Escuela Hogar desde los tres años. Prácticamente toda mi vida. Y he podido aprovechar todas las oportunidades que se ofrecieron. Taller de piano, de violín, de manualidades, de teatro, mecanografía e informática, de inglés y otros varios. Las excursiones me han aportado mucho. He podido conocer casi toda España y ciudades de otros países como Lisboa, Fátima, Lourdes y Viena, una excursión que no puedo olvidar. Todo esto me ha abierto grandes horizontes y dentro de poco, con la ayuda que estoy recibiendo, me voy a Madrid a continuar con mis estudios”.

María José

“Hola. Soy María José, una antigua alumna de la Escuela Hogar Guillén Cano Bote. Tengo 24 años. Recuerdo con mucho cariño todo lo que he recibido. La formación ha sido muy completa y envuelta en un ambiente sano y optimista. Los valores eran fundamentales para sacar adelante los estudios y ser tenaz en conseguir lo mejor para mí. Realicé el grado en Geografía y Ordenación del Territorio y un Máster en Gestión y Planificación de Riesgos Naturales en Alicante. He trabajado en consultorías de ingeniería medio ambiental y estoy realizando un doctorado en la Universidad de Alicante”.