10 Feb La diócesis renueva su opción preferencial por los enfermos
La Iglesia celebra mañana viernes 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, la Jornada Mundial del Enfermo. Acompañar en el sufrimiento es el lema que propone el Departamento de Pastoral de la Salud para esta Jornada instituida hace 30 años por san Juan Pablo II con el objetivo de sensibilizar sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan.
En las Eucaristías que se celebren mañana, en nuestra diócesis, se pedirá por todos los enfermos y por los familiares y profesionales que les ayudan y facilitan su vida. Además se administrará el sacramento de la Unción de Enfermos a todo el que lo solicite. También con motivo de esta Jornada en la parroquia placentina de Cristo Resucitado el sábado 12 a las siete de la tarde se oficiará una misa en honor de Nuestra Señora de Lourdes, organizada por la Peregrinación Diocesana con Enfermos a Lourdes.
Los enfermos y sus familiares reciben asistencia sanitaria y religiosa a través de Casas de Misericordia o residencias de ancianos distribuidas por el territorio diocesano. También se proporciona apoyo y el tratamiento necesario, para la curación de sus adicciones, a los usuarios de Proyecto Hombre Extremadura. El Secretariado Diocesano de Pastoral de la Salud trabaja durante todo el año con los enfermos, visitándoles en sus casas, administrando la Comunión o la Unción de Enfermos, entre otras tareas. En muchos casos ofreciendo compañía y cariño para que sobrelleven mejor su enfermedad. Cabe destacar la labor de los capellanes de los hospitales de la diócesis haciendo presente al Señor entre los enfermos y sus familiares para que a través de su fe se sientan acompañados en su curación o en el final de sus vidas.
En su mensaje para esta Jornada, el Papa destaca que todos los bautizados deben implicarse en el cuidado de los enfermos. “Quisiera recordar que la cercanía a los enfermos y su cuidado pastoral no sólo es tarea de algunos ministros específicamente dedicados a ello; visitar a los enfermos es una invitación que Cristo hace a todos sus discípulos. ¡Cuántos enfermos y cuántas personas ancianas viven en sus casas y esperan una visita! El ministerio de la consolación-subraya el Santo Padre- es responsabilidad de todo bautizado, consciente de la palabra de Jesús: «Estuve enfermo y me visitaron» (Mt 25,36)”.