
16 Oct La Diócesis celebra el aniversario de la Dedicación de la SI Catedral de Plasencia
En la mañana de hoy se ha procedido a la celebración del aniversario de la Dedicación de la SI Catedral de Plasencia a la Virgen, un acto en el que, como es habitual, se ha procedido, al comienzo de la Eucaristía, a incensar las cruces que hay distribuidas a lo largo de la Catedral. Ha sido nuestro Obispo, Monseñor don Ernesto Jesús Brotóns, quien ha presidido el acto religioso. Le han acompañado en el momento de incensar los dos nuevos capitulares, don Antonio Cano y don Fernando Díez.
Precisamente, para el Cabildo Catedralicio y para los trabajadores de la Catedral, ha tenido sus primeras palabras de agradecimiento el prelado. En su homilía, don Ernesto, afirmó que «celebramos en esta mañana la dedicación de nuestra Catedral. Como iglesia madre de nuestra diócesis, y sede del obispo, dice y expresa comunión, familia, comunidad, Iglesia». Además, señaló que «su belleza y armonía, destinada a dar gloria a Dios, nos invita también a nosotros, como templo vivo del Espíritu, a formar una ‘construcción’ bien ordenada, armoniosa, una comunidad santa, unida en la pluralidad, en estrecha comunión con Jesús».
A continuación reproducimos el texto explicativo publicado por la SI Catedral con este motivo y que sitúa los orígenes de la dedicación de la seo placentina:
Dedicación de la SI Catedral
Como la catedral nueva no se había concluido, no se había celebrado el rito de la solemne consagración. En vista de ello, el 7 de diciembre de 1919, domingo 2° de Adviento, S. E. R. el obispo Ángel Regueras López procedió a la consagración solemne de la catedral nueva. La víspera por la tarde fueron llevadas procesionalmente desde el palacio a la iglesia de Santa María las reliquias de San Fulgencio y Santa Florentina, patronos de la diócesis, junto con las de los Santos Mártires Fidel, Pacífico y Liberata». A continuación se celebró una Vigilia, con Maitines y Laudes de los Santos Mártires.
A la mañana siguiente, el obispo, desde la capilla de San José, en la catedral vieja, donde se encontraban las reliquias de los mártires, se revistió de pontifical y se dirigió a la entrada principal del templo nuevo, delante de la cual se entonaron las letanías de los Santos. Después de llamar tres veces ante las puertas cerradas, éstas se abrieron de par en par. Empotradas en los muros estaban doce cruces de mármol blanco, dos de ellas en el ábside, cerca del retablo, cuatro en los muros de la nave central, otras cuatro en las dos naves laterales y otras dos en los muros del coro. Ante ellas se encendieron sendas velas se derramó ceniza, mientras se invocaba al Espíritu Santo. Luego se imploró la protección de San Fidel, Santa Liberata y San Pacífico.
Tras estos actos previos, se procedió a la consagración propiamente dicha del templo. El obispo, desde la capilla de San José, presidió la procesión con las reliquias de los mártires hasta las puertas de la catedral nueva. Allí pronunció unas elocuentes palabras desde un trono improvisado, en las que explicó el significado del acto litúrgico que se estaba celebrando. Después, en el parteluz de la portada hizo las primeras unciones y la procesión continuó hasta el altar, en cuyo sepulcro quedaron depositadas las reliquias de los mencionados mártires. La unción del altar y de las doce cruces de los muros precedió a la lectura del decreto episcopal, por el que el prelado fijaba el día 16 de octubre, para celebrar anualmente la fiesta de la dedicación de la Santa iglesia catedral, el mismo día que se venía ya celebrando como fiesta de la dedicación de la catedral vieja. El acto finalizó con una solemne Misa Pontifical.
Francisco González Cuesta
(Episcopologio Placentino)