29 Abr La Diócesis apuesta, junto a sus Agentes Económicos, por una Iglesia sostenible y corresponsable
Los Agentes Económicos de la Diócesis se reunían hoy en el Salón de Bóvedas del Seminario de Plasencia para atender a la llamada de la Vicaría de Asuntos Económicos y de la Comisión Diocesana del Sostenimiento, que siguen dando pasos en la búsqueda de una Iglesia que sea cada vez más sostenible y corresponsable y para que haya una autonomía y solidaridad en la financiación de parroquias y otros estamentos. La situación actual exige numerosos gastos, unos comunes y otros contingentes que hacen que las diócesis se estén planteando reducir la dependencia que ahora tienen de ingresos como la ‘X’ de la Iglesia en la Declaración de Renta (en Plasencia sirve para cubrir más del cincuenta por ciento del presupuesto). Y nuestra Diócesis no quiere quedarse atrás y desde hace tiempo está en contacto con la CEE para avanzar en este sentido. Además, desde hace meses, una comisión trabaja en las distintas dimensiones que influyen.
No pudo asistir finalmente José María Albalad, vicepresidente del Grupo de Comunicación Ábside Media, y Director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la CEE, debido a motivos de salud.
No faltó nuestro obispo, Monseñor don Ernesto Brotóns, encargado de abrir y cerrar el encuentro, que tendrá continuidad, sobre todo para trasladar mejoras técnicas a los agentes en aquellos asuntos que necesiten ayuda para mejorar su gestión.
En su alocución, Monseñor Brotóns quiso trasladar la concepción eclesiástica del dinero, a través del trabajo del teólogo y profesor universitario Xabier Picaza, y de la historia del propio Jesús. En primer lugar quiso recordar sus épocas de catequesis, en las que se trataba el dinero a través de una imagen que simulaba una persona humana en la que el cuerpo era un billete y las extremidades monedas. «Don dinero no es ni bueno ni malo, es peligroso», nos decían, en alusión a las fichas de aquellas catequesis.
Y, entendiendo que «es necesario para vivir dignamente, cuando ocupa el lugar de Dios se convierte en Saturno devorando a sus hijos».
A partir de ahí quiso trasladar la aparición del dinero en la vida de Jesús: «No fue tampoco un defensor de la miseria a ultranza», señaló, a la vez que añadía que «dentro de su pobreza compartían con los pobres», y que la Iglesia «debemos ser modelo de una alternativa distinta. No puede obrar como una institución social más», comentó.
También dejó claro el riesgo de anteponer el dinero al corazón y a la vida: «Jesús no niega que es necesario, pero sí advierte del riesgo de entregarle el corazón y la vida».
Quiso entrelazar este concepto con el de la transparencia y apuntó distintos criterios referentes a la cuestión económica como la participación, racionalidad, profesionalidad,… optimizar la gestión, en definitiva.
Ante la ausencia de Albalad, fue Pedro Díez, director adjunto de Proyecto Hombre Extremadura, y miembro de la Comisión Diocesana para el Sostenimiento de la Iglesia, el que intervino en su lugar. Hizo una radiografía de la situación y, consciente de que «hay un largo camino por delante» y que «es un reto personal, pero también comunitario», apostó por ir dando pasos en busca de la autofinanciación.
También intervino el Director Territorial de UMAS, Mutualidad de Seguros para Entidades Religiosas y Solidarias, Juan Antonio Vega, que explicó la situación de la Diócesis y las coberturas que mantiene y que necesita.
Por último, Pedro Díez insistió en portal de transparencia que hay en la Diócesis y en el portal donoamiiglesia.es como llaves para optimizar la respuesta económica de la Diócesis ante los nuevos retos que se presentan.
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