Jornada Sacerdotal de San Juan de Ávila

Jornada Sacerdotal de San Juan de Ávila

Hoy jueves 9 de julio se ha celebrado en Plasencia la Jornada Sacerdotal en la memoria del patrón del clero español, San Juan de Ávila ya que no pudo ser en su día debido al confinamiento por la pandemia sanitaria.

El presbiterio diocesano se ha unido a la acción de gracias de los hermanos que celebran sus bodas de oro sacerdotales (Felipe García Mateos, José Muñoz Sánchez) y de plata (Rubén Darío Oquendo López) y en el recuerdo agradecido y la oración por los que nos han dejado en el último año. Según el programa previsto en torno a las once de la mañana en la placentina catedral románica, han comenzado los actos de la jornada con el saludo y la bienvenida del Señor Obispo don José Luis, a todos los presentes. Después don Leopoldo Hueso, Vicario del Clero dedicó unas palabras de cariño y ánimo a los sacerdotes recordando también a los que han fallecido durante la pandemia y dio paso al Vicario General y Deán de la Catedral, don Jacinto Núñez quien presentó a Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, que ofreció una conferencia sobre el tema “La fuerza de la debilidad. Sacerdotes mártires del siglo XX”. En ella destacó el papel de los mártires, “Ellos actualizan para nuestro tiempo la fuerza de la Cruz de Cristo. Son despreciados y asesinados, pero, como mueren con la confianza puesta en Dios y perdonando a sus perseguidores, resultan ser los vencedores” señaló Monseñor Martínez Camino. Además añadió que “Los santos, en particular los mártires, son verdaderos pedagogos del dolor como camino de salida del túnel de nuestro ego hacia la luz del amor verdadero”.

Tras la conferencia se celebró una Eucaristía en la catedral en torno a la una del mediodía presidida por nuestro obispo y con celebrada por Monseñor Martínez Camino y Benavente Mateos, obispo emérito de Albacete. En su homilía don José Luis Retana, habló a los sacerdote sobre la necesidad de Dios, “se vuelve prioritaria en nuestro ministerio sacerdotal una conciencia permanente de necesidad de Dios: solo los humildes reconocen que necesitan a Dios. Y de esta conciencia humilde emerge el servicio como forma de vida, del mismo modo que –como ha señalado el Papa Francisco – ser Sacerdote según el Corazón de Cristo significa estar abierto a la gratitud […] y ese corazón agradecido debe pertenecer al modo de ser del pastor, que desde la humildad se pone al servicio de la Iglesia y de la porción del pueblo a él encomendada”. Además Monseñor Retana les invitó a ser piedras para construir la Iglesia, “Como el Señor transformó a Simón en Pedro, así nos llama a cada uno de nosotros, para hacernos piedras vivas con las que pueda construir una Iglesia y una humanidad renovadas”. Como es tradición, tras la misa, obispos, vicarios y sacerdotes se reunieron para comer en el Salón de Bóvedas del Seminario.