Jorge López Teulón: «Los cristianos deben vivir en santidad»

Jorge López Teulón: «Los cristianos deben vivir en santidad»

A continuación les ofrecemos la entrevista que, con motivo de su presencia en la Formación Permanente del Clero, el día 20 de abril en Plasencia y el 27 en Trujillo, don Jorge López Teulón, Postulador para las causas de los mártires de la Provincia Eclesiástica de Toledo, concedía a Iglesia en Plasencia. También presentó su libro sobre el Beato José Polo, eje de sus ponencias tituladas: Beato José Polo, en las Hurdes y en la Catedral.

Tras cursar los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de San Ildefonso, Jorge López Teulón (Madrid, 1970) recibe la ordenación sacerdotal el 25 de junio 1995. Sus 27 años de ministerio sacerdotal los ha desarrollado en la ciudad de Talavera de la Reina (Toledo). Desde 1996 es el capellán del Colegio Compañía de María de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora en Talavera. Confesor de varias comunidades de religiosas. Desde 1996 es delegado de Medios de Comunicación Social en la Vicaría de Talavera. Se le encargó durante un quinquenio (1998-2002) la retransmisión para el territorio nacional de la misa dominical retransmitida en COPE. Profesor de Religión y Moral Católica en el Colegio Cervantes de Talavera (1995-2004). Profesor de Teología en el ISCR Santa María de Toledo (2008-2019). También es consiliario de las congregaciones marianas de Talavera de la Reina (desde 2013) y en 2002 fue nombrado postular de una causa de más de 900 mártires de la persecución religiosa de 1936 a 1939, para la provincia eclesiástica de Toledo y la diócesis de Ávila. Para ello ha creado la página web www.persecucionreligiosa.es, única página en lengua española dedicada exclusivamente a este tema. Don Jorge llega ha participado estos días en la Formación Permanente del Clero, donde ha dado una formación sobre ‘Beato José Polo, en las Hurdes y en la Catedral’, al que presenta como un verdadero testimonio para los curas de hoy. Ha publicado 33 libros.

  -Como gran especialista en los mártires de la Iglesia. ¿Por dónde transcurre el camino de santidad y qué tienen en común aquellos mártires sobre los que ha investigado?

 -El papa Francisco en Gaudete et exsultate ha vuelto a recordar que es lógico que el católico sea santo, como lo más normal del mundo: “Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad de la puerta de al lado, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, la clase media de la santidad” (nº 7). La vocación universal a la santidad de vida, enseñada por Vaticano II, constituye la síntesis, sencilla y a la vez sublime, de todo.

Sea por virtudes (descubrir la heroicidad de las virtudes en los ejemplos de santidad que se nos presentan) sea por martirio, creo que al final es vivir el primer mandamiento: AMAR a Dios sobre todas las cosas y al prójimo… eso lo dinamiza todo. Es el denominador común de todo santo y tiene que ser el grito de la Iglesia: ¡sí se puede! O incluso más: ¡sí se debe!

 -¿Queda mucho camino que recorrer en este tema?

 -No se puede separar. Meternos de lleno en la Palabra de Dios, vivir vida de Evangelio, de veras, que lo aclara y facilita. La Iglesia no puede renunciar a predicar la santidad en la que deben vivir los cristianos. No es de ahora. Durante el siglo XX, por ejemplo, san Pablo VI y antes Pío XII, repetían aquello de que: el mundo de hoy necesita más testigos que maestros y, si acepta a los maestros, es porque antes han sido testigos.

Por eso, por ejemplo, el testimonio de santa Águeda, ¡¡¡mártir en el año 261!!! (la cortaron sus senos) sigue siendo tan elocuente hoy día, que las mujeres enfermas de cáncer de mama la eligen para su patrocinio.

-¿Quiénes son los santos de la vida cotidiana? ¿Cómo podemos ser parte de ellos?

 -En Gaudete et exsultate (en las notas del punto 169) el papa utiliza el «lema jesuítico» que dice: Non coerceri a maximo, contineri tamen a minimo, divinum est. Cuya traducción dice el propio Francisco sería: «Es divino no asustarse por las cosas grandes y a la vez estar atento a lo más pequeño». O también: «No retrocediendo ante lo más elevado, agacharse a recoger lo aparentemente pequeño en el servicio de Dios»; o atendiendo a lo que está más allá, atender a lo que está más acá…

En fin, yo no voy a poder atender a los leprosos de Molokai o a los pobres de los más pobres de Calcuta, pero puedo echar una mano en Cáritas. O no puedo, en este momento de mi vida, colaborar con Cáritas, pero puedo ayudar a mi vecino o visitar con más frecuencia a mi padre que está en una residencia… Yo no soy un monje trapense o una benedictina… pero tengo que cuidar mi intimidad con Cristo y mi oración, mis confesiones, mi comunión… Yo no dirijo la empresa, pero debo ser responsable con mi puntualidad y mi perfección en el trabajo… Lo de acá nos lleva a lo de allá.

-¿En qué forma debemos aplicar el Evangelio para ahondar en la santidad?

 -Primero conociéndolo. Creyendo cada palabra: Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48). Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación (1 Ts 4, 3). Como solo Dios es santo, la búsqueda de la santidad supone un avance en la semejanza con Dios, un progresivo desprenderse de uno mismo, dejando que Dios vaya guiando el alma hacia la plena felicidad.

Dicen que Chesterton hablaba de “los santos del lunes”. ¿Y quiénes son?, le preguntaron. Son aquellos que todos los lunes se levantan temprano para coger el tren e ir al trabajo, que vuelven a su casa todas las tardes tras haberse ganado el sustento de su familia, y que vuelven a hacer lo mismo el resto de los días de la semana.

El santoral está verdaderamente lleno de auténticos héroes de la fe, de mártires intrépidos… que se entregaron por Cristo de una forma única. Y nosotros, sostengámonos en ellos y dejémonos de quejar. Como escribe un santo: Los tiempos no son malos; vosotros sois los tiempos. Si vosotros cambiáis, cambian los tiempos.

-Ha realizado una ponencia sobre el Beato José Polo Benito. Tanto él como usted tienen una importante vinculación con el periodismo y los medios de comunicación. Atendiendo a la realidad mediática, ¿qué papel pueden jugar los medios y las oficinas de comunicación en este tema?

 -Asombra la actualidad del beato José Polo. El año pasado, en noviembre, con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres el arzobispo de Toledo invitó a comer a 180 pobres en los claustros de la Catedral de Toledo. A los días le hice llegar una foto de 1932 del beato José, que era el deán de la Catedral de Toledo, en las vísperas de la Asunción dando de comer a una cantidad muy numerosa de pobres de la ciudad.

En los medios de comunicación era un adelantado de su tiempo. Si era importante esa presencia en las primeras décadas del siglo XX imaginémonos ahora. El espacio que dejemos sin cubrir son los huecos que quedan sin evangelizar. No dejemos de hacer lo que nos corresponde siempre se llega a muchos… Es otro púlpito más y no debemos desaprovecharlo.