Indicaciones para la celebración del culto público

Indicaciones para la celebración del culto público

 

clip_image002clip_image002clip_image002[4]

Las presentes indicaciones fueron acordadas, en su reunión telemática del día 1 de mayo, por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Mons. Celso Morga, el obispo de Plasencia, Mons. José L. Retana, y el Administrador diocesano de Coria-Cáceres, D. Diego Zambrano, acompañados de los vicarios generales.

0.- CONSIDERACIONES PREVIAS

Contexto normativo.

El contexto normativo de las presentes Indicaciones se encuentra en el Plan de Desescalada ofrecido por el Gobierno de España, pendiente aún de algunas concreciones y determinaciones, y en las pautas ofrecidas por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española a raíz de dicho Plan. La puesta en práctica de este Plan puede necesitar de ajustes y modificaciones, a las que habrá que estar atentos en cada momento.

El presente documento se refiere exclusivamente a las celebraciones litúrgicas y sacramentales, especialmente a la eucaristía dominical. Según avance el Plan de desescalada se irán ofreciendo otras pautas con relación a las reuniones eclesiales. 

Equipo de trabajo.

Es recomendable que en ocasiones, junto al párroco o al sacerdote encargado, exista un equipo (o “servicio de orden”), que puede estar formado por el Consejo Pastoral Parroquial o algunos de sus miembros, para que se distribuyan entre ellos las diferentes tareas. En celebraciones más concurridas es difícil que con solo el sacerdote puedan ser atendidos los muchos detalles necesarios para asegurar una celebración serena y gozosa de la fe.

El aforo.

En la normativa del gobierno hay repetidas referencias al concepto de aforo. Para hacer el cálculo del aforo puede procederse de la manera siguiente: excluyendo el presbiterio, el coro y las zonas de paso (que sirven de vías de evacuación), se calculan las personas que, teóricamente, pueden estar sentadas en los bancos a razón de 0,60 centímetros por persona. Una vez obtenido el aforo oficial de cada templo, es decir, el número total de personas, durante la fase 1 se divide ese número por 3 para determinar el número máximo de fieles que pueden participar en la celebración. En la fase 2 ese número total se divide por 2. En ambos casos, hay que distribuir las personas por los bancos salvando entre ellas la distancia de 1,5 metros (a derecha e izquierda, por detrás y por delante).

WhatsApp Image 2020-05-04 at 19.10.19

I.- ANTES DE LA CELEBRACIÓN

Los fieles, sobre todo en razón de su edad o de su estado de salud, decidirán responsablemente si han de acudir al templo o han de quedarse en casa y seguir la misa a través de los medios de comunicación, toda vez que los dos Obispos y el Administrador diocesano arriba citados han prorrogado la dispensa del precepto dominical.

Previamente a las celebraciones se habrá procedido a la desinfección del templo, con la garantía de que está técnicamente bien hecha.

Con carácter general se recomienda que los fieles que piensen acudir al templo hagan uso de la mascarilla.

Las pilas de agua bendita continuarán vacías.

Al llegar a la iglesia los fieles encontrarán, en algún lugar visible, información del número de personas que, en razón del aforo permitido en cada fase, pueden acceder al templo.

Antes de acceder al interior, los fieles limpiarán la suela del calzado en alguna alfombra desinfectante colocada para tal extremo y podrán hacer uso de algún gel hidroalcohólico que les será ofrecido por los responsables del servicio de orden.

Las puertas de acceso a las iglesias estarán abiertas para la entrada a las celebraciones, evitando así que se toquen manillas o pomos.

Siguiendo las indicaciones del servicio de orden, los fieles encontrarán señalados, por medio de pegatinas u otra señal, los lugares exactos en los que pueden colocarse.

II.- DURANTE LA CELEBRACIÓN

Para el canto, evítense los coros y cuéntese con el servicio de un solo cantor, alguna voz individual y algún instrumento musical.

Aparte del sacerdote, el lector que podrá acceder al ambón se limitará a una sola persona.

El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad.

El cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos con la “palia”.

El saludo de la paz puede suprimirse o, si no, sustituirse por otro gesto que evite el contacto físico.

El diálogo individual del momento de la comunión (“El cuerpo de Cristo”/”Amén”) se pronunciará de forma colectiva después del “Señor, yo no soy digno…”, distribuyéndose la comunión en silencio.

El sacerdote celebrante desinfectará sus manos antes de repartir la comunión y al terminar de repartirla. Harán lo mismo los demás ministros de la comunión.

El servicio de orden estará vigilante para advertir a quienes se acerquen a comulgar que guarden la distancia interpersonal de 1,5 metros.

Aun respetando siempre la libertad de cada fiel de recibir la comunión en la boca o en la mano, se aconseja, dada la excepcionalidad de la situación, que sea en la mano y sin guantes.

Entre el sacerdote y los fieles que acuden a comulgar puede colocarse algún tipo de reclinatorio para asegurar una distancia interpersonal suficiente.

III.- DESPUÉS DE LA CELEBRACIÓN

Al abandonar la iglesia, los fieles encontrarán abierta la puerta de salida, sin tener que manipular manillas o pomos.

El servicio de orden cuidará que la salida se haga de forma ordenada, evitando agrupaciones en la puerta.

Al final de las celebraciones se procederá a la desinfección del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc.

IV.- OTRAS CELEBRACIONES

No se consideran aquí las primeras comuniones y las confirmaciones, ya que, según lo establecido en cada una de las tres diócesis, estas celebraciones quedan fuera del período propiamente de desescalada.

Por lo que se refiere al sacramento de la reconciliación, tan escaso en las últimas semanas por razón del confinamiento, se pide a los sacerdotes que estén especialmente diligentes, dedicando cuanto tiempo sea necesario. Además de las medidas generales, se ha de celebrar en un espacio amplio, que asegure tanto la distancia interpersonal como la confidencialidad. 

Bautismo: Rito breve. En la administración del agua bautismal, hágase en un recipiente al que no retorne el agua utilizada. Para la unción bautismal se puede utilizar un algodón o bastoncillo de uso individual, que será posteriormente quemado.

Matrimonio: anillos, arras, etc. Serán manipulados exclusivamente por los contrayentes. Manténgase la debida prudencia en la firma de contrayentes y testigos, así como en la entrega de la documentación correspondiente.

Unción de enfermos: Rito breve. En la administración del óleo utilícese un algodón o bastoncillo que será posteriormente quemado. En el caso de enfermos con coronavirus, adminístrese este sacramento después de haber consultado con personas expertas y extremando las medidas de protección indicadas por las autoridades sanitarias.

Misas de difuntos: Para las exequias hay que respetar escrupulosamente las medidas restrictivas señaladas por las autoridades sanitarias para las distintas fases. Por su parte, las misas de difuntos se regirán por los criterios que se han señalado anteriormente para la celebración de la eucaristía. En cualquier caso, aunque es particularmente difícil en esos momentos de dolor, los sacerdotes insistirán prudentemente en que se mantenga la distancia de seguridad y se eviten gestos que impliquen contacto personal.

Badajoz, Cáceres, Plasencia, 4 de mayo de 2020.