12 Nov Iglesia en Plasencia: ‘Vínculo’ (sección Editorial de la revista diocesana Iglesia en Plasencia)
A continuación les ofrecemos el artículo publicado dentro del Editorial del último número (635) de nuestra revista diocesana Iglesia en Plasencia.
Vínculo
Vínculo es la unión o atadura de una persona o cosa con otra. Y existen de muchos tipos y de diferente intensidad. Desde los más cuantitativos a otros más de carácter espiritual. Es una unión afectiva fruto de una relación libre, una atadura emocional por sintonía y compatibilidad.
Índica una dependencia enriquecedora que puede ser espontánea o fruto de un interés común. Cuando más grande es el bien que se comparte mayor es la vinculación. El vínculo espiritual depende de la importancia personal que se dé a la vida de fe o a la dimensión espiritual que se comparte.
No es lo mismo uno que depende de una advocación o fruto de la religiosidad popular que uno relativo a lo esencial de la vida cristiana. La fe en Jesucristo y en concreto la pertenencia a la Iglesia Católica debería ser una fuerte atadura que crea cauces de fraternidad entre todos los fieles. Aunque la universalidad eclesial difumina estos lazos.
Cuando se concreta en la iglesia doméstica, en lo parroquial y en lo diocesano, los vínculos han de ser más vivos. Aunque la realidad humana que en lo concreto se centra más en lo que divide que en lo que une, a veces hace difícil reconocer esas ataduras y parece que se ponen de relevancia las diferencias.
Una verdadera vivencia de lo que significa ser Iglesia ha de saber valorizar lo que es esencial y en lo que no hay posibilidad de división, de lo superficial que puede llevar distintos revestimientos. Un verdadero espíritu eclesial y diocesano ha de ayudar a vivir la fe con profundidad y aunar esfuerzos por dar testimonio del Evangelio.
Las ideas personales y los criterios particulares no deben ser excusa para desentenderse de la tarea esencial. Vivir el don de la fe en respuesta al Amor de Dios. Vivirlo en plenitud para hacer presente la santidad de Dios. Toda tarea eclesial es vivencia de la santidad, cada uno en la especificidad de su propia vocación.
Obtener una uniformidad no es objetivo de la vivencia de la fe en comunidad. En la realidad eclesial debe haber diversidad, fruto de la vivencia personal de la fe, que si es autentica lejos de separar, une al ser fruto del acercamiento al verdadero vínculo.