
27 Jun Iglesia en Plasencia: Guareña III (sección Historia del número 630)
A continuación les ofrecemos tercer artículo de la serie de historia relativa a la profanación de templos en Guareña y al martirio de los sacerdotes, publicado en el número 640 de la revista diocesana Iglesia en Plasencia, a cargo de don Juan Antonio Corrales Muñana.
Guareña III, profanados los templos, son martirizados los sacerdotes
Continuamos el relato de los hechos acaecidos en la localidad de Guareña. En los capítulos anteriores vimos como una vez profanados todos los edificios religiosos de la localidad, los sacerdotes que residían en ella, se convierten en el siguiente objetivo. Guareña será junto con Orellana la Vieja y Don Benito una de las localidades en las que más bajas se producen entre el clero, al contar la población con varios sacerdotes por el elevado número de habitantes que en este momento tenía. A los dos asesinados citados anteriormente, hay que añadir:
D. Emilio Gómez Gómez, nacido en Don Benito el 2 de mayo de 1910, después de realizar sus estudios es ordenado sacerdote el 10 de junio de 1933. Sus primeros destinos fueron Higuera, Campillo, Orellana la Vieja y por último coadjutor de Santa María de Guareña. Contaba en el momento de su asesinato con 26 años de edad y tres de sacerdocio.
Es detenido el 24 de julio y llevado inmediatamente a la cárcel. Durante su cautiverio le obligaron a realizar todo tipo de trabajos vergonzantes, como barrer y recoger la basura de las calles con un carrillo de mano; completado con escarnios e injurias que él soportaba con ejemplar resignación.
El 11 de agosto es sacado de la prisión en dirección al Ejido Palomar, donde se cometería el crimen. Hasta nosotros han llegado dos versiones de su fusilamiento. La primera, según la cual el encargado de apretar el gatillo, no fue capaz, al ver el rostro de serenidad de D. Emilio, a lo que éste le contestó: “Tiradme, que yo os perdono”. Y una segunda que afirma que no murió en la primera ráfaga de disparos, por lo que logró incorporarse, bendecir y perdonar a quien se disponía a darle el tiro de gracia. Sea como fuere su comportamiento, ambos testimonios nos confirman que murió como un auténtico mártir, perdonando a sus verdugos.
D. Francisco Caballero Méndez, natural de Guareña donde había nacido el 17 de noviembre de 1887. Ordenado el 18 de diciembre de 1915, ejerció de coadjutor en varias parroquias de la diócesis, Ntra. Sra. de Belén de Miajadas, Peraleda de la Mata, Losar de la Vera, y por último capellán de los Hermanos de la Doctrina Cristiana de su pueblo natal. Como los demás sacerdotes sería detenido a finales del mes de julio y llevado a la cárcel. La noche del 11 de agosto es sacado de la misma y llegados al Lugar de las Cuatro Esquinas es fusilado junto con el resto de presos.