Iglesia en Plasencia: ‘Cree, enseña, vive’ (sección Diálogos)

Iglesia en Plasencia: ‘Cree, enseña, vive’ (sección Diálogos)

A continuación les ofrecemos el artículo correspondiente a la sección Diálogos en el número 628 de nuestra revista diocesana Iglesia en Plasencia.

Cree, enseña, vive

«Cree lo que lees en la Biblia, enseña lo que crees y vive lo que enseñas». Parece fácil, ¿no? Tres pasos y ¡listo!

Esta frase – aquí condensada en su esencia, porque en realidad es más larga – es dirigida por el obispo al diácono cuando le entrega la Biblia en su ordenación diaconal. La primera vez que la escuché me golpeó con fuerza. Si todos estamos llamados a servir y todos tenemos la Biblia como guía, sentido y fundamento de nuestro ser cristianos, entonces esta frase también era para mí, también es para nosotros.

Creer lo que leemos en la Biblia no es sencillo. En ella se habla de amar al enemigo, de dar sin esperar, de perdonar setenta veces siete… Creer lo que leemos implica dejar que el Evangelio atraviese nuestra existencia.

Enseñar lo que creemos es mostrar nuestra fe en acciones que reflejen el mensaje del Evangelio. Dice un refrán que “de la abundancia del corazón habla la boca” y otro que “obras son amores y no buenas razones”. Pues eso, enseñar lo que creemos es hacer vida la Palabra de Dios en nuestra vida de cada día, ofreciendo palabras y gestos de amor a quienes buscan respuestas.

Vivir lo que enseñamos es el mayor desafío, porque exige coherencia y compromiso. Vivir nuestra fe es recordar que la medida del Evangelio es el amor concreto, tangible y siempre fecundo. Es comprometerse con el mundo real: el de los problemas, las heridas, la injusticia. Porque si la fe no se nos nota en los pensamientos, en los sentimientos y en las actitudes… es que aún no ha llegado a nuestro corazón.

Estamos en mayo, el mes de María por excelencia. Ella lo entendió perfectamente. Su vida fue creer en silencio, enseñar con ternura y vivir comprometidamente. Nuestra fe debe descender hasta nuestras manos, nuestros pies, nuestra mirada. Si creemos lo que leemos, enseñamos lo que creemos y vivimos lo que enseñamos; entonces estaremos construyendo de verdad el Reino de Dios aquí y ahora, con manos solidarias y corazones valientes.