Iglesia en Plasencia: Campanas (sección Liturgia)

Iglesia en Plasencia: Campanas (sección Liturgia)

A continuación les ofrecemos el artículo de la sección de Liturgia ‘Campanas’ del número 627 de la revista diocesana Iglesia en Plasencia. El autor de la colaboración es don Miguel Ángel Ventanas, delegado episcopal de Liturgia y Animación a la Oración.

Campanas

El sonido de las campanas es muy antiguo y no es exclusivo de la comunidad cristiana. Sólo en el siglo IV, con la libertad de la Iglesia, se empiezan a encontrar noticias sobre llamadas acústicas a la celebración cristiana. Será en los siglos V y VI cuando se generalice su uso y aparezcan las torres en las iglesias. Los nombres latinos de “Signum” o “Tintinabulum” se convierten, más tarde, hacia el siglo VI en “vasa campana”, seguramente por la región italiana de Campania donde se establecieron las primeras fundiciones.

Las campanas, con sus diversos toques, se convertirán rápidamente en elemento fundamental para señalar las fiestas y los ritmos de la comunidad cristiana. A veces se han utilizado también para advertir de algún peligro como el fuego o para ahuyentar las tempestades o el poder del maligno. Desde el siglo XIII se utilizan campanillas dentro de la celebración para resaltar momentos importantes como la consagración, el canto del gloria o la bendición eucarística.

Las campanas son bendecidas y cada una lleva un nombre o una leyenda. “Es antigua costumbre el convocar al pueblo cristiano a la reunión litúrgica con una señal o sonido, y advertirle de los acontecimientos principales de la comunidad. Así pues, la voz de las campanas de algún modo expresa el sentido del pueblo de Dios, cuando se goza o llora, da gracias o implora, se reúne o manifiesta el misterio de su unidad en Cristo” (Bendicional 1142).

El sonido de las campanas es una llamada a la comunidad, realizan un verdadero ministerio litúrgico de convocar a la celebración. En los momentos de agonía o defunción transmiten un mensaje de dolor, de esperanza y de consuelo; su repique contribuye al sentido festivo de las grandes solemnidades, otras veces con mayor sencillez nos invitan a la oración como en el Ángelus. Son testimonio sonoro de la Buena Nueva.

Miguel Ángel Ventanas
Delegado de Liturgia y Animación a la Oración