Iglesia en Plasencia, Bodas de Oro Sacerdotales: Monseñor don José Vicente Conejero

Iglesia en Plasencia, Bodas de Oro Sacerdotales: Monseñor don José Vicente Conejero

Este año, tres sacerdotes de nuestra diócesis celebran las Bodas de Oro de su ordenación y en Iglesia en Plasencia, como todos los años, nos hemos hecho eco de ello con motivo de la celebración de San Juan de Ávila, patrón del clero secular, y hemos querido compartir sus impresiones tras una larga etapa de servicio a Dios y a los demás. Es el caso de Monseñor don José Vicente Conejero Gallego, Obispo de Formosa (Argentina). Nacido en Plasencia, el 5 de abril de 1951, fue ordenado en Plasencia y pronto marchaba como misionero a Formosa, donde era nombrado Obispo Coadjutor el 5 de diciembre de 1996, consagrado obispo el 19 de marzo de 1997 y, finalmente, era nombrado Obispo de Formosa el 14 de enero de 1998. A continuación les ofrecemos la entrevista concedida a nuestra revista diocesana.

Jesús nos llamó para seguirle y enviarnos a predicar (cf. Mc 3,13 15)

– ¿Qué balance hace de estos 50 años?

– Gracias, Gracias y Gracias. ¡Demos gracias a Dios Padre por su amor y su bondad! Por aquí hay que comenzar, antes de nada: Agradeciendo a Dios por el don de la vida. Y no sólo la vida natural que, ya de por sí misma, es un gran don y un regalo maravilloso; sino, además y sobre todo, por la fe y la vida cristiana que ha tenido a bien permitirnos, por Jesucristo, su Hijo, el Espíritu Santo y la Iglesia, darnos y hacernos partícipes de su familia y su naturaleza divina.

Agradecer, por tanto, en primer lugar, a Dios, Uno y Trino, como creemos y profesamos en la Iglesia, es lo primero y principal a destacar en una mirada retrospectiva de estos cincuenta años vividos. A la vez, a la Virgen María, a San José, y a todos los santos y santas del Pueblo de Dios; a la familia, padres, hermanos, hermanas, y a cuantos el Señor ha querido que conozcamos y encontremos en este mundo. Agradecido por existir, formar parte de la Creación, por el don de la Redención en Jesucristo, por ser miembro del Pueblo de Dios, conducido por el Espíritu Santo. Ahora, aguardando con esperanza y alegría la Vida eterna, prometida por Jesús, para vivir eternamente en el Amor con Dios y los hermanos.

– ¿Qué es lo mejor de ser sacerdote?

Poder participar y ser colaborador de la misma de Vida y Misión de Jesús: Anunciando la Verdad, cooperando en la Santificación de los hermanos y contribuyendo a la Unidad y Fraternidad universal de la familia humana, conforme al designio de Dios.

– ¿Con cuál de sus cargos/misiones/desempeños se queda?

– Ser un humilde discípulo-misionero de Jesús, compartiendo, cooperando y esperando, con todos los hijos de Dios, el cumplimiento de sus palabras y promesas, haciendo presente el Reino de Dios.

– Cincuenta años bien merecen una celebración. ¿Cómo va a celebrarlos?

– Con gozo y sencillez. Celebrando la Eucaristía, junto a familiares y amigos de Plasencia y de Formosa, estas dos Iglesias particulares a las quiso el Señor que perteneciera y sirviera.  

* Monseñor Conejero, que tiene previsto visitar Plasencia en junio para celebrar sus bodas de oro con amigos y familiares, nos manda un emotivo recuerdo, con la fotografía que aparece debajo y en la que está celebrando su primera misa en la Iglesia de El Salvador. Aparecen junto a él don Rafael Prieto, don Felipe Fernández, don Demetrio García y don Sebastián Conejero.