Iglesia en Plasencia: ‘Agradecimiento y acompañamiento’ (Nº 631)

Iglesia en Plasencia: ‘Agradecimiento y acompañamiento’ (Nº 631)

A continuación les ofrecemos el artículo publicado desde la Delegación de Medios de Comunicación de la Diócesis, publicado en el último número de Iglesia en Plasencia (el 631) y con motivo del fin del curso en espera de regresar en septiembre. Un artículo donde se trata de plasmar el agradecimiento a todos aquellos que, de una u otra forma han colaborado en la revista, y donde se agradece el acompañamiento sentido y ofrecido. Es cierto que hay cosas que, o se han escapado, o se han quedado en el tintero, o no era pertinente acometerlas. La labor de la delegación de Medios en ocasiones tiene la ingrata labor de ‘cortar’ o seleccionar y eso hace que nunca pueda llover a gusto de todos, pero siempre se busca el criterio más profesional y diocesano y se hace desde el más riguroso y exhaustivo trabajo. Lo dicho, muchas gracias a todos.

Iglesia en Plasencia: Agradecimiento y acompañamiento

Hay dos aspectos fundamentales que acompañan nuestra vida como cristianos y son el agradecimiento y el acompañamiento. Desde la dirección de la revista diocesana Iglesia en Plasencia es el momento para poner en práctica ambas cosas. Bien entrado el verano y rematado el fin de curso pastoral camino de un merecido descanso, llega el momento de echar la vista atrás y analizar el camino recorrido. Hablamos de un producto vivo, cambiante, que requiere de una constante actualización, igual que nuestra diócesis. Por eso, nunca para y, como en el deportista, tiene algo de ‘descanso activo’ que te obliga a estar siempre en alerta para introducir posibles mejoras.

Sin embargo, aquí vamos a hacer un alto para ver lo que se ha hecho y, un año más, se ha hecho mucho, y ya va camino de tres décadas. Ahí es nada. Un motivo de orgullo tanto para los que hacemos la revista como para aquellos que le dan sentido, ustedes, las parroquias, los sacerdotes, los organismos, los fieles,…, las personas en definitiva, incluso los que aprovechan para poner la lupa en los errores cometidos, que son muchos, o en lo que hacen otros. Agradecidos a todos. A éstos últimos, porque la crítica, aun negativa, siempre te motiva para ser mejor, para seguir creciendo.

En un año que arrancaba con importantes cambios logísticos pues la imprenta de donde salieron más de 600 números echaba el cierre ante la merecida jubilación de sus propietarios, hemos ido superando transiciones y sorteando adversidades y no nos queda otra que, al hacer ese repaso obligado, mostremos nuestro agradecimiento.

Agradecidos al Consejo Episcopal que, a principios de año, tomaba la decisión de que todas las parroquias deben recibir la revista diocesana como medida de comunión, como nexo de unión y como forma de trabajo en red que se busca seguir implantando en nuestra diócesis. Una diócesis bien informada, una diócesis que camina al mismo nivel, que tiene los mismos puntos para el análisis y la crítica es, sin duda, una diócesis mejor.

Agradecidos a todos los colaboradores que han hecho posible los 21 números que han visto la luz este curso. Sin ellos, obviamente, no sería posible. Tanto los fijos como aquellos responsables de delegaciones y de organismos que han estado siempre a disposición de la Delegación de Medios para trasladar a los lectores aquellos temas de actualidad. No nos hemos olvidado tampoco de la verdadera razón de ser de la revista, la espiritualidad, el llevar a día las Jornadas y las colectas y aquellas celebraciones destacadas del calendario litúrgico. Tenemos una diócesis rica en celebraciones, en tradición, en historia, en patrimonio y debemos ponerla en valor.

Agradecidos a nuestro pastor, Monseñor Brotóns, que ha sacado siempre tiempo de donde no lo tenía para acompañarnos en la labor de difusión del Evangelio que intentamos llevar. También a todos aquellos sacerdotes que han participado con su análisis de los Evangelios y a los que han colaborado también en artículos de opinión. Su labor es más necesaria que nunca.

Agradecidos a nuestro Consejo Editorial por ser juez y parte, guías y autores de gran parte del contenido. Gracias por su disposición y por su empatía.

Y, por supuesto, gracias a todos y cada uno de nuestros lectores, que dan sentido y vida a un trabajo que, por invisible que a veces sea, no deja de ser arduo y laborioso.

A todos ellos gracias por su acompañamiento. Esperemos haberles acompañado también durante este curso. En pequeños pueblos y en grandes parroquias, en iglesias y en domicilios, en compañía o aliviando la soledad. Aunque no lo parezca, nosotros sí hemos notado su compañía y podemos decirle que tan necesaria es que para nosotros ha sido como agua en el desierto.

A punto de cumplir los treinta años desde que saliera el primer número, esperamos seguir acompañándoles muchos años.

Roberto Fernández González

Delegado Episcopal Medios Comunicación Social Diócesis de Plasencia