29 Sep Francisco José y Miguel Ángel ante su ordenación
Nuestros seminaristas Francisco José Parejo de Don Benito y Miguel Ángel Palacios de Miajadas cuentan, en esta entrevista, sus impresiones ante su ordenación diaconal, el domingo 3 de octubre, San Francisco de Borja. Será presidida por Monseñor Retana Gozalo en la catedral a las seis de la tarde.
-¿Cómo afrontas estos momento previos a tu ordenación?
-F.J. (Francisco José). Es un gozo lo que siento, porque veo que va tomando fuerza y forma ese SÍ que cada día le voy diciendo al Señor. Con muchas ganas y con mucha ilusión, ya he ido a visitar los pueblecitos donde voy a hacer mi vida de diácono y estoy muy emocionado con muchas ganas de trabajar y de querer estar con esa gente a pie de calle.
-M.A.(Miguel Ángel). Con mucha alegría y mucha ilusión, el primer cambio es muy significativo, es una etapa que se cierra de estudios en la que la verdad he disfrutado mucho estudiando Teología o cuando me mandó el obispo a ampliar estudios con la licenciatura en Dogmática estudiando los Santos Padres. Otro cambio muy bonito ha sido el periodo en el Seminario de Plasencia y en la Universidad Pontificia de Salamanca, miro hacia atrás y doy gracias a Dios por todo este periodo.Ver que voy a recibir un sacramento que me marca para siempre, que es una decisión en la que el Señor me va a acompañar durante toda la vida. Y el principal cambio es mi incorporación como diácono a las dos parroquias de Guareña.
-¿Quién o quienes han marcado tu vocación?
-F.J. No soy de vocación tardía, soy de respuesta tardía. Yo he necesitado que mucha gente me vaya marcando el camino y los primeros fueron mis padres, mi abuela materna con la que iba a misa todos los domingos, los sacerdotes que han pasado por la parroquia de San Juan de Don Benito, la comunidad parroquial de San Juan, y en esta última etapa de mi vida el sacerdote Bladimir Sánchez Puerta, que en un cursillo de cristiandad me dijo “tú estás muy cerrado” y ahí volví a meditar y repensar mi vocación.
-MA.. La verdad, que han sido muchas las personas que me ayudaron a descubrir la voluntad de Dios y a descubrir la vocación que él quería para mí. Mis padres, mi abuela y mi tía abuela, ellas me animaron a ser monaguillo y fue ahí donde comenzó mi vocación, siendo monaguillo en mi arroquia de Miajadas y luego en el seminario menor con catorce años. Sin duda hay personas que me marcaron, las religiosas de mi pueblo que me ayudaron mucho en esos primeros pasos y mis compañeros en el seminario menor y mayor. No puedo olvidarme de algo que me marcó mucho, estar presente y participar en la ordenación diaconal de D. Ismael Pastor y D. Félix Elez. D. Francisco Torres fue el que siguió más de cerca mi vocación, y el primero en llevarme al seminario. D. Jesús Fernández, D. Alfonso y Don José Manuel, Don Álvaro…muchos compañeros.
-¿Por qué, para qué quieres ser sacerdote?
-F.J. Para la gente que está buscando al Señor consciente o inconscientemente, que no saben la necesidad que tienen de ese Dios que es amor, que se entrega por cada uno de nosotros, por ellos…porque esa es la misión de la iglesia.
-M.A. Si pienso en por qué, el para quién, pienso sobre todo en el Señor de quien he sentido esa llamada. En este periodo mi entrega es a Jesucristo y luego ya vendrá la entrega a los demás.
–La diócesis de Plasencia cuenta con el Seminario Menor en Familia, ¿qué le dirías a los niños y jóvenes que con tanta ilusión se reúnen una vez al mes y que están emocionados por lo que están sintiendo?
–F.J. Pues, para empezar, que es posible, que el señor sigue llamando y que tienen la opción de responderle, que el señor nos da todas las opciones, él nos deja total libertad para elegir. Si le eligen a él, conlleva a una gran alegría que no te lo puede quitar nadie, si verdaderamente quieren ser felices, que le digan “si al señor” y que se lancen acompañados siempre.
-M.A. Les diría que mucho ánimo y que el señor les ha llamado y no les va a faltar nunca nada, siempre van a tener un equipo de sacerdotes cerca, el equipo de Pastoral Vocacional también les va a acompañar. Que no tengan miedo y que si ven que no lo tienen muy claro que se fíen completamente del Señor y que no tengan miedo a la llamada. Es muy emocionante verles, yo comencé con esa edad, también en el seminario menor y ahora soy yo el que participa con ellos de los encuentros, animándoles y viendo como Dios, a pesar de sus edades, ya está trazando un plan en sus vidas y una aventura apasionante para ellos.
-¿Qué significa ser diácono para ti y cómo estás ante la ordenación?
-F.J. Espero vivirla intensamente, con gozo y emoción, con unas ganas enormes de seguir adelante. El Señor va a estar presente de forma extraordinaria, es encontrarte con él y que te regale el don de su espíritu con fuerza. No queda más que rezar y contemplar lo que va a suceder y por supuesto compartirlo.
-M.A. Una imagen me ha marcado mucho la que Francisco José, mi compañero y yo, hemos elegido para nuestra invitación diaconal, El Lavatorio de Pies de Tintoretto. El Señor aparece en un lado lavando los pies al discípulo que está descalzo y que está mostrando el pie. Yo creo que el diácono es sobre todo servidor, alguien que se ha entregado para servir, ser sacerdote decimos que representa a Jesucristo que es el Pastor y la cabeza de una comunidad, el diácono representa a Jesucristo como ese siervo, el que sirve y se entrega a los demás. Este diaconado quiero vivirlo así, como una mayor entrega a Dios a su Iglesia y a todo el mundo que lo necesite. Quiero poder vivir intensamente este periodo que dure el diaconado. Es un momento muy importante también para mí, ver cómo es su paso a la orden sacerdotal y que está muy cerca.