13 Mar Este miércoles, 13 de marzo, se cumplen once años del nombramiento de Papa Francisco
Con la renuncia de Benedicto XVI y tras el cierre de la sede vacante, el 2023 se habría el cónclave que daba lugar a la elección de su sucesor. Entre ellos, el argentino Jorge Bergolio que, a pesar de no figurar entre los principales favoritos, era elegido en la tarde del 13 de marzo de 2013, en la quinta ronda de vocaciones dle segundo día del cónclave.
«Annuntio vobis Gaudium Magnum: Habemus Papam. Eminentissimum ac reverendissimum dominum, dominum Georgium Marium, Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio; qui sibi nomen imposuit Franciscum» («anuncio una gran alegría: ¡tenemos papa! El eminentísimo y reverendísimo señor don Jorge Mario, cardenal Bergoglio de la Santa Iglesia Romana, quien se ha puesto el nombre de Francisco»), fueron las palabras con las que el cardenal Jean Louis Tauran anunciaba desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro su elección.
En su documento previo presentado a los cardenales, Bergoglio se centró en cuatro puntos: que la Iglesia saliera a las «periferias»; consideraba que la Iglesia estaba centrada en sí misma; criticó la mundanidad espiritual provocada, precisamente, por esa «autorreferencialidad»; y que un papa actual debía, justamente, ayudar a la Iglesia a salir de sí misma hacia esas periferias existenciales.
Jorge Bergoglio se convertía, de esta forma, en el primer pontífice no Europeo desde el año 741, y el primero de procedencia americana y, además, del hemisferio sur. También destaca el hecho de ser el primer papa Jesuita.
En su primera intervención pública, elevó una oración por Benedicto XVI y apostó por una gran fraternidad entre los fieles.
Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. (Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre). Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí… Ahora daré la bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. (Bendición). Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.
Biografía de Papa Francisco