«En los valores imperecederos de ‘Transitus’ se plasman la religiosidad y la cultura del pueblo»

«En los valores imperecederos de ‘Transitus’ se plasman la religiosidad y la cultura del pueblo»

Desde el pasado mes de mayo, la Catedral de Plasencia exhibe la exhibición Transitus, de la Fundación Las Edades del Hombre, donde se unen el arte sacro con la espiritualidad. Un importante esfuerzo de todos que ha hecho que, por primera vez en su historia, la Seo placentina se haya cerrado al culto. Superado el meridiano de la muestra, José Enrique Martín Lozano, Secretario General de la Fundación, nos hace un balance muy positivo, tanto en el plano social por la aceptación que ha tenido la muestra con un elevado número de visitas, como en el propiamente espiritual que transmite cada una de las obras y su cuidada presentación. Una gran parte de ellas son pertenecientes también a nuestra diócesis.

A continuación les ofrecemos la entrevista que salió publicada en el último número de la revista Iglesia en Plasencia.

“Las obras de ‘Transitus’ muestran sus valores imperecederos, en
los que están plasmadas la religiosidad y la cultura del pueblo”

Después de casi dos décadas en la parte técnica de la Fundación Las Edades del Hombre, a principios de año el vallisoletano José Enrique Martín Lozano era nombrado Secretario General del organismo en sustitución de Gonzalo Jiménez. Uno de sus primeros y grandes retos, sin duda, está siendo la exposición Transitus, en Plasencia. Nacido en 1975, es licenciado en Historia del Arte y posee el título de Grado Superior en Patrimonio Cultural. En 2004 empieza a trabajar en la Fundación para, a partir de 2011, ocupar los cargos de adjunto al Secretario General y el de Secretario Técnico. Cuando Transitus supera su meridiano, Martín Lozano hace un balance muy positivo de lo que está representando la exposición de la muestra sacra en Plasencia, que supone la primera incursión de la misma fuera de Castilla y León y que está atrayendo un enorme interés.

 -Llegamos al meridiano de la Exposición. ¿Qué balance se puede hacer desde la organización?

-Todo el que ha visitado la exposición habla no solo de un altísimo nivel del montaje y de las obras, sino también la emoción que en conjunto se transmite a través de su relato, luego estamos muy satisfechos por la acogida que está teniendo, máxime en un periodo que ha estado muy condicionado por el tiempo. Las olas de calor consecutivas han llevado a algunos grupos y visitantes individuales a modificar su reserva para los meses de otoño. Esto, unido al programa escolar, hace que nos aguarden presumiblemente unos meses de alta afluencia de público que esperamos sigan llevándose una impresión tan grata como los que ya nos han visitado. También cabe destacar la repercusión que está teniendo a nivel nacional por el hecho de ser la primera edición de Las Edades que sale del ámbito de Castilla y León, al margen de las ediciones internaciones.

-El impacto social está siendo importante. ¿Se percibe también en el plano espiritual al tratarse de una muestra sacra?

-Evidentemente. Como en las anteriores ediciones de Las Edades del Hombre, en esta exposición se propone mostrar los valores imperecederos de las obras artísticas, en las que quedaron plasmadas la religiosidad y la cultura del pueblo, y expresar, al mismo tiempo, la riqueza catequética que atesoran, además de perseguir la excelencia estética. El patrimonio que exhibe en la muestra, creado en su mayoría por y para la Iglesia, ofrece todos aquellos que, movidos por la belleza y los trascedente, sienten el incontenible deseo de acercarse a Cristo o renovar su fe.

-La Fundación Las Edades tiene abiertos varios ‘frentes’, pero, sin duda, Transitus es el buque insignia. ¿Cuál es el resultado de compatibilizar varias muestras a la vez?

A pesar de que las ediciones –Transitus es la XXVI- es la cara más conocidos de Las Edades, desarrollamos un amplio  número de proyectos que tienen como objetivo la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio.  Diseñamos museos y también gestionamos algunos tan interesantes como el museo territorial Campos del Renacimiento en Palencia, recuperamos espacios deshabitados como los de Las Úrsulas y Las Claras de Salamanca, catalogamos y digitalizamos el patrimonio de las diócesis, restauramos obras… la labor de la Fundación es cada vez más amplia y más importante, con el fin de prestar el mejor servicio posible  a la Iglesia y a la sociedad en su conjunto.

-Es la primera vez que la muestra sale, de forma propiamente dicha, de Castilla y León. ¿Cómo valoran la experiencia?

-Valoramos esta edición de manera muy positiva. Hemos detectado las grandes expectativas y el cariño con el que Extremadura nos ha acogido y todo el respaldo institucional que se nos ha mostrado especialmente desde la Junta o el Ayuntamiento de Plasencia, sin olvidarnos de las diputaciones y de algunas empresas. Hay que destacar también la generosidad de todos aquellos que han cedido las distintas obras que componen la exposición, mostrándose ilusionados y comprometidos con la iniciativa. Todo el trabajo que hemos llevado a cabo junto al obispado hace que no tengamos sino muy buenas sensaciones con ‘Transitus’. 

-¿Qué es lo que más valoran los visitantes?

-Los visitantes nos transmiten la gran satisfacción que es el poder ver reunidas en un mismo lugar las obras tan relevantes del patrimonio de la región, junto con otras venidas de otros puntos del país. Eso y su grata sorpresa por el montaje que hemos llevado a cabo, no solo en la parte visual, sino también involucrando otros sentidos como el oído o el olfato. Poder sentirse integrados en la exposición pero poder seguir percibiendo la catedral es otro de las sensaciones que más nos agradecen.

-A nivel personal, es su primera experiencia, por así decirlo, en el primer plano. ¿Cómo está resultando?

-El patronato de la Fundación me otorgó su confianza como secretario general en enero de este año, no obstante he venido trabajado en el organigrama de dirección de Las Edades del Hombre y en sus proyectos durante los últimos once años. Mi lugar en la Fundación ahora supone una gran responsabilidad, pero a su vez tengo el privilegio de ser la cabeza visible de un extraordinario equipo que hace posible la consecución de los fines de la Fundación día a día, proyecto tras proyecto. Las sensaciones están siendo positivas.