El Servicio de Ayuda a la Vida atendió en el 2020 a casi 500 familias

El Servicio de Ayuda a la Vida atendió en el 2020 a casi 500 familias

EL PERIÓDICO EXTREMADURA 28/02/2021

Más de 26.000 pañales, casi 3.000 potitos, 300 mascarillas, casi 500 paquetes de toallitas, ropa, juguetes, biberones… Son algunos de los productos que el servicio de la diócesis de Plasencia Ayuda a la Vida ha entregado a lo largo del 2020 a las familias que han atendido, un total de 480, con 45 bebés.

Este servicio se suma en la ciudad a la ayuda que ofrecen a personas con necesidad económica el Banco de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas, Red Madre y otros. En este caso, lo sustentan voluntarios, en torno a 40 y la colaboración económica llega de donaciones particulares y de las parroquias.

Soraya Salgado es la directora del Secretariado de Pastoral Familiar Diocesano, responsable del Servicio de Ayuda a la Vida y hace hincapié en la “muchísima gente que colabora” para poder adquirir productos que después se entregan a las familias con necesidad.

Aunque no tiene el dato de las atendidas en el 2019, sí destaca que 480 es un número “elevado” y la razón principal ha sido que “mucha gente se ha quedado sin trabajo” por culpa del covid. Pone de ejemplo las personas que trabajaban en las campañas agrícolas, a las que en el 2020 “no les han llamado”, pero también a quienes realizaban tareas de limpieza en domicilios o cuidaban a personas mayores, o a quienes realizaban ‘chaperones’ de casa en casa. Todos han perdido estos ingresos debido a las restricciones por el virus.

Así, señala que, en enero del 2020, estaban atendiendo a 13 bebés, pero “de golpe, subieron a 29”, más del doble y, al final, a lo largo de todo el año, los atendidos han sido 45. Actualmente, la cifra ha bajado a 26, 24 bebés y 2 mujeres embarazadas.

Además de la alimentación y productos como los pañales o las toallitas, este servicio entrega en préstamo mobiliario también necesario, como cunas, tronas, bañeras, carros de bebé, esterilizadores o cambiadores. Ahora, lo hacen una vez a la semana y las familias acuden a recoger sus paquetes de productos.

No obstante, el Servicio de Ayuda a la Vida da también de forma puntual alimentación a personas adultas y ayuda cuando hay necesidad de formación, conflictos familiares, trámites de separación, legalización de papeles e incluso cuando los niños necesitan libros de texto.

“La gente a la que no atiende nadie es a la que atendemos nosotros, la Iglesia”, subraya. Seguirán haciéndolo gracias a sus voluntarios, las donaciones y lo que recaudan de los productos que realizan en su taller de manualidades, que venden en mercadillos, farmacias y también les encargan para comuniones o bodas.