El ISCR Nuestra de Guadalupe celebra su XXV Aniversario con un acto solemne y emotivo

El ISCR Nuestra de Guadalupe celebra su XXV Aniversario con un acto solemne y emotivo

El Seminario de Badajoz acogía esta mañana los actos conmemorativos del XXV aniversario del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Santa María de Guadalupe, que comenzaron con las palabras del actual director del ISCCRR, Francisco J. Romero Galván, quien afirmó que este acto es una “mirada al pasado, acción de gracias del presente y esperanza en el futuro” y recordó que este centro es “un espacio para el diálogo y el aprendizaje”. Además, apuntó que los alumnos que se han formado en el ISCCRR han sido y son formadores de fieles en las escuelas de formación y en las parroquias.

Desde que comenzara su andadura, allá por el curso 1999-2000 (las clases empezaron el 18 de octubre de 1999), la institución fue puesta al amparo de la patrona de Extremadura. La sede principal se estableció, tal como consta en los estatutos, en Badajoz (actualmente en la Casa de la Iglesia, junto al Seminario) y cuenta con sedes en Cáceres y en Plasencia. Por el instituto han pasado una media de 80 alumnos por curso (156 este año).

Acto conmemorativo

Tras la presentación a cargo del actual director, tomó la palabra el decano de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca, Francisco García, quien destacaba la importancia del ISCCRR y señalaba que su Universidad da cobertura a varios centros de este tipo. Dijo que en un primer momento se descubrió un deseo de formación del laicado y que ahora estamos en otra etapa en la que observamos una debilitación de la fe.
El decano de la Facultad de Teología animó a todo el personal a seguir trabajando y llegar a más gente. Por su parte, el director provincial de Educación, Manuel Rico, alabó la labor que se hace en el Instituto, donde dijo, “se ofrece una educación de calidad”. También ofreció la colaboración de la Consejería de Educación para todo lo que se necesite.

Por último, D. Celso Morga, arzobispo de Mérida-Badajoz, afirmó que la teología debe extenderse a todo el pueblo de Dios, no es patrimonio de sacerdotes u obispos. También recordaba que la fe es un don de Dios, pero requiere del cultivo desde la libertad y la inteligencia. Don Celso manifestaba que la formación es importante para mantener y fortalecer la fe y, por ello, el trabajo del Instituto es muy importante y “nos tiene a su lado a los tres obispos de la Provincia Eclesiástica”.

A continuación se proyectó un vídeo sobre la historia del centro. Seguidamente se llevó a cabo la mesa redonda, bajo el título “La importancia del estudio teológico para la evangelización” que reunió a profesores y alumnos. José Ramón Matito, profesor de Fenomenología de la Religión la Universidad Pontificia de Salamanca, que defendió el papel evangelizador de la Teología y la importancia de la fe como generadora de cultura. Jacinto Núñez Regodón, sacerdote placentino y primer director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, repasó el origen y la historia del centro. Manifestó que el Instituto ha traído para él muchos beneficios intelectuales y pastorales.
Representando a los alumnos, Flor García, de la diócesis de Coria-Cáceres, trasladó su historia en el ISCCRR, que se inició como una vocación y un camino siempre en constante conversión.
Por último, José Luis Giménez, alumno en el centro de Badajoz, centró su intervención en tres pilares: la experiencia, lo que le ha aportado y a qué lo ha impulsado esa formación.

Al acto asistieron los dos arzobispos de Mérida-Badajoz, D. Celso Morga y D. José Rodríguez Carballo, el obispo de Coria-Cáceres, D. Jesús Pulido, y el obispo de Plasencia, D. Ernesto Brotóns, así como los vicarios generales de las tres diócesis de la Provincia Eclesiástica. También estuvieron presentes otros vicarios y sacerdotes placentinos, así como don Jaime Terrón, actual subdirector en la sede diocesana.

El evento finalizó con la celebración de la Eucaristía en la Capilla Mayor del Seminario presidida por D. José Rodríguez Carballo, arzobispo coadjutor de Mérida-Badajoz. En su homilía afirmó que “necesitamos personas que sepan dar razón de su fe”, que sean “testigos de esa fe”, en definitiva, cristianos que desde la fe “den respuesta a los grandes retos de la sociedad”. Para ello, el ISCCRR es un centro que debe tener el objetivo de “formar hombres y mujeres que sepan dialogar con la cultura actual y anunciar la Buena Noticia”. Para conseguir este objetivo, D. José apuntó que es necesaria “una formación integral, cualificada y sólida, abierta a la realidad actual, sin caer en ideologías ni fundamentalismos que tanto daño hacen a la Iglesia”.

Historia

Este proyecto interdiocesano completó y culminó otros que, desde hace años, se venían realizando en las tres diócesis extremeñas.

De un modo oficial, el Instituto fue erigido por la Congregación para la Educación Católica (Roma) el día 16 de marzo del año 2000 y su primer director fue Jacinto Núñez Regodón, sacerdote de la diócesis de Plasencia.

El Instituto sufrió un proceso de “refundación” exigida por la Instrucción sobre los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas, de la Congregación para la Educación Católica, dada en la Ciudad del Vaticano, en el año 2008. A su vez se requería tal refundación para que los estudios eclesiásticos tuvieran un reconocimiento civil, dentro del nuevo marco de educación europea, conocido como Plan Bolonia.

Además de las materias propias, que otorgaban el título correspondiente, con validez civil, el Instituto imparte otras materias, cursos como la DECA, cursos de formación para el profesorado de Religión Católica siguiendo las directrices de un convenio firmado con la Consejería de Educación del Gobierno de Extremadura o lo que se ha dado en llamar “Diálogos de Teología”.

El curso 2017-18, se inició un nuevo Plan de Estudios, que exige volver al esquema de todos los institutos, con bachillerato en Ciencias Religiosas (3 años) y licenciatura en Ciencias Religiosas (2 años). Este nuevo Plan no implica nada respecto a la homologación civil, que se hará al concluir cuarto y quinto, para obtener grado y máster en Ciencias Religiosas.