
06 Mar Diálogos de Iglesia en Plasencia, ‘Cuaresma, taller del alma’
Hay lugares donde uno entra y sabe que va a salir distinto. Lugares donde lo viejo de nuestra vida se renueva, lo roto se repara y lo que parecía inútil vuelve a brillar. Lugares como la Cuaresma, taller del alma.
Nadie llega a este mundo en versión definitiva. Todos traemos piezas sueltas, engranajes que chirrían y zonas que necesitan un buen pulido. En el taller de la Cuaresma no hay chapuzas ni diagnósticos de «esto no tiene arreglo». Aquí Dios trabaja a conciencia, con la paciencia de un artesano y el cariño de quien sabe exactamente cómo funcionamos.
Él a veces desmonta, a veces lija las asperezas con delicadeza para no hacernos saltar en pedazos y a veces nos ajusta con retoques que duelen, pero siempre mejoran. Él sabe que lo que de verdad necesitamos no es un repintado superficial, sino una revisión a fondo. A este taller se viene a ser transformados.
Eso sí, el taller no funciona por arte de magia. Hay que entrar con ganas de cambio. No vale quedarse en la puerta mirando, ni hacer una revisión superficial y salir corriendo. Porque en este taller no se trata de fabricar algo nuevo, sino de devolvernos a nuestra mejor versión. La que Dios soñó para cada uno de nosotros.
Y no, no es fácil. A veces duele. Pero es necesario. El ayuno nos ayuda a limpiar el polvo del egoísmo, la oración nos ajusta al evangelio y la limosna reconfigura nuestro corazón con gestos de amor.
Dios no quita nada sin dar algo mejor a cambio. Y cuando uno se atreve a dejarse reparar, descubre algo increíble: que el alma vuelve a encajar con el propósito original del Padre, que la vida funciona mejor porque suena y sabe a evangelio.
Entremos en este taller del alma sin miedo a las reparaciones, porque Él nunca destruye, siempre reconstruye. Así que en esta Cuaresma, cruza el umbral del taller y deja que Dios moldee tu alma. Porque cuando Él trabaja, todo vuelve a ser como debía ser. Y mejor aún.
Sección Diálogos de la revista diocesana Iglesia en Plasencia, número 622 de 2 de marzo de 2025.