Comienza el Año Jubilar de la Encarnación en nuestra diócesis

Comienza el Año Jubilar de la Encarnación en nuestra diócesis

El domingo, 29 de diciembre, era el día elegido por Papa Francisco para que las iglesias particulares celebraran la apertura oficial del Año Jubilar de la Encarnación 2025 y la Diócesis de Plasencia lo hizo a través de una ceremonia en la que tras los ritos iniciales se procedió a realizar una procesión entre San Nicolás y la Catedral, previa al rito de apertura de la Puerta Santa y a la Eucaristía que presidió Monseñor Brotóns, todo ello bajo la protección del Cristo de Marfil, signo del Año Jubilar.

A las 17 horas, el templo de San Nicolás, lleno de fieles que llenaban los bancos (algunos se agolpaban en los laterales e, incluso, hubo gente que se quedó fuera), acogía los ritos iniciales, destacando la lectura de la Bula Spes non confundit en la que Papa Francisco convocaba el Jubileo Universal. El Delegado de Apostolado Seglar, Jesús Florencio Gómez Medinabeitia, fue el encargado de hacerlo ante la atenta mirada de nuestro Obispo, que estuvo acompañado por el Emérito de Albacete, Monseñor don Ciriaco Benavente; por su Vicario General, don Francisco E. Barrado; el Deán de la Catedral, don Jacinto Núñez; el resto de Vicarios y miembros del Cabildo Catedralicio; y por arciprestes y sacerdotes llegados desde todos los puntos de la diócesis. También estuvieron presentes autoridades políticas y civiles, con el alcalde de Plasencia, don Fernando Pizarro, como máximo representante.

El Jubileo comenzó oficialmente el 24 de diciembre con la Apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro de Roma a cargo del Santo Padre y, en comunión con él y con la Iglesia Universal, nuestra diócesis celebraba el que será, probablemente, el momento más importante del año.

El lema del Jubileo es ‘Peregrinos en la Esperanza’ y, en su homilía en la Catedral, don Ernesto Brotóns quiso hacer hincapié, precisamente, en la necesidad de tener esperanza, pues la falta de la misma “amenaza al hombre de hoy. Son muchos los golpes de la vida y, ante ellos, podemos desviar la mirada, intentar no pensar o caer en desaliento, pero también podemos descubrir la presencia de un Dios bueno que nos ama, que cree y espera en nosotros, aun cuando nosotros mismos hayamos dejado de esperar, un Dios bueno que quiere amar y sanar el mundo a través nuestro”, señaló el prelado, que dejó claro que “sin esperanza no se puede vivir”, definiéndola como “el ancla y la vela en nuestra vida en medio de la tormenta”.

De esta forma, Monseñor Brotóns situó al Jubileo como “una buena excusa para hacer un pequeñito parón y reflexionar y preguntar con Esperanza dónde y en quién confiamos, quién sostiene nuestra vida” y apuntó que “2025 años después de la Encarnación del Señor, proclamamos que Dios es el fundamento de nuestra Esperanza, pero no cualquier Dios sino el que tiene rostro humano y nos ha amado hasta el extremo. Hoy esta Iglesia proclama que  la presencia de Dios es la fuente y raíz de la Esperanza, que no defrauda ni engaña. Él es nuestra esperanza”, añadió.

“Seamos peregrinos en busca de la verdad. Soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejen inquietar por el sueño de Dios. El sueño de un mundo nuevo donde reinan la paz y la justicia. A esto nos invitaba el Papa en la pasada Nochebuena”, interpelaba. “Deseo de verdad que este Jubileo sirva como el encuentro vivo con Dios. No dejemos que el Jubileo pase de puntillas por nuestra vida ni por la de nuestras comunidades y parroquias. Ruego que sea un verdadero año de gracia para toda nuestra diócesis. Feliz Año Jubilar a todos”, sentenció.

 Homilía completa: https://www.facebook.com/share/v/1GxTp9DsGi/

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