Adviento: El Señor viene, ¿lo sientes? (Iglesia en Plasencia)

Adviento: El Señor viene, ¿lo sientes? (Iglesia en Plasencia)

Este domingo, 30 de noviembre, comienza el tiempo de Adviento o preparación para la venida del Señor. A continuación, a través del texto publicado en la revista diocesana Iglesia en Plasencia, os trasladamos unas pinceladas de su significado y de cómo afrontarlo.

Adviento: El Señor viene, ¿lo sientes?

Tiempo de espera, de conversión y de esperanza, El adviento comienza el próximo domingo, 30 de diciembre y eso hace que los diocesanos nos centremos ya en la venida del Salvador el 24 de diciembre. Durante cuatro semanas, anunciamos el ‘Adventus’ (venida o llegada). Si durante las dos primeras semanas meditamos sobre la venida, la última parte de este tiempo litúrgico la dedicamos a reflexionar sobre el nacimiento de Jesús.

Es el tiempo de las coronas de Adviento y de las velas, y también de los retiros diocesanos. El de la Delegación Diocesana del Apostolado Seglar, dirigido a laicos, responsable y miembros de las delegaciones y movimientos se celebrará el 13 de diciembre en el Centro de Espiritualidad de las Hijas de la Virgen de los Dolores, en Pago de San Clemente. El mismo día se celebra el del Arciprestazgo de Plasencia y ayer mismo, fue el de los miembros de Confer, dirigido por don Fernando Valverde.

Pero, ¿qué es el Adviento? Es la confianza y la esperanza de la Iglesia en la venida del Señor, en que vino, viene y vendrá enviado por el mismo Dios. Es detectar los distintos signos que anuncian su llegada y prepararla, ayudarle a que venga, ‘abrirle las puertas’.

El Adviento une esa triple perspectiva temporal de pasado, presente y futuro. El adviento no sería tal sin la primera de ellas, porque para que la vida se abra a la esperanza hay que constatar que el Señor viene, que no vino sólo una vez, sino que continúa viniendo en el Corazón de Dios y esa venida se hace más real en la Navidad, que preparamos con ilusión y detalle.

Pero el adviento debe abrir también nuestra esperanza hacia la venida definitiva. Es el sentir de nuestra Iglesia que peregrina a lo largo de los tiempos. Esa esperanza, más en este año Jubilar, es la que nos empuja a seguir caminando, a seguir renovando nuestro amor, a descubrir lo que viene con mirada nueva. Hay que estar vigilante y salir a su encuentro, hay que renovarse con su llegada, siendo conscientes, a lo largo de este tiempo, que su presencia está cada vez más cerca. Hay que sentirlo llegar, hay que ayudarle a venir, hay que preparar esa llegada, con gestos y símbolos, pero también desde el interior, desde la meditación y la reflexión, desde la oración. Los cristianos sabemos a qué viene y el mensaje que trae, que viene a salvarnos y a decirnos que el Reino de Dios está ya entre nosotros.