05 Dic La reliquia que llena la urna de peticiones
Cuando hace más de una década David Calderón compró un relicario en una tienda de Cracovia (Polonia), no pensó que un día la utilizaría para acoger la reliquia de un santo y mucho menos una de un papa polaco.
«Lo compré, precisamente, en un viaje de peregrinación que hice por Polonia para visitar y conocer los lugares que marcaron la vida de un papa polaco, San Juan Pablo II», explica David Calderón, párroco del Pilar.
Pero se ha dado la circunstancia, «la divina providencia», de que el relicario que compró en Cracovia quien es también capellán del Hospital acoge hoy una reliquia de San Juan Pablo II, un trozo de tela empapada en la sangre de un papa polaco «para el que Cracovia fue muy importante, vital en su trayectoria religiosa», recuerda el párroco del Pilar. Una reliquia de un papa contemporáneo que se muestra de forma permanente, para su veneración, en la parroquia de este barrio placentino. «La reliquia de San Juan Pablo II está dentro del relicario que yo compré en Cracovia y éste, a su vez, en una urna de cristal y madera policromada que iluminamos en un altar delante del cuadro de este santo, que también tenemos en nuestra parroquia y que mide 2,5 metros de alto».
«Un niño ha pedido que su padre apruebe la oposición para tener más tiempo para estar con él»
David Calderón asegura que «esta parroquia es la única de Plasencia que cuenta con una reliquia expuesta a la veneración pública». Motivo por el que, además de los asiduos a sus misas, «cada día vemos más caras nuevas, de personas de la ciudad pertenecientes a otras parroquias y también procedentes de otras localidades que vienen hasta aquí para ver y orar ante la reliquia de San Juan Pablo II».
Y también pedir. Porque David Calderón ha colocado una pequeña urna junto al relicario con un bloc de notas para que «todo aquel que quiera pueda escribir su petición y meterla en la urna». Una iniciativa que está teniendo una muy buena acogida aunque acaba de estrenarse.
Fue David Calderón quien pidió al obispo, José Luis Retana, que solicitara una reliquia de San Juan Pablo II y el cardenal Dziwisz, que fue secretario personal del papa durante cuarenta años, accedió y la envió desde Cracovia. Llegó a la Catedral de Plasencia el 22 de octubre y fue recibida por monseñor Retana coincidiendo ese día con la fiesta de San Juan Pablo II. Dos días después el ya obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo llevó personalmente la reliquia hasta la parroquia del Pilar, «donde se entronizó y donde, desde entonces, se expone de forma permanente a los fieles, porque no se trata de una reliquia itinerante».
«Viene gente de otras parroquias porque es un papa contemporáneo y muy querido»
Es el motivo por el que el 22 de cada mes «celebramos una misa por este papa santo». Y es ese día de cada mes cuando David Calderón abre la urna de las peticiones. «Por el momento solo lo he hecho una vez; la reliquia se expuso el 22 de octubre y abrí la urna el 22 de noviembre, la próxima será el 22 de diciembre y así cada mes». Y en esta primera apertura de la urna se encontró con más de una veintena de peticiones de fieles, mayores y pequeños, que exponen sus deseos a San Juan Pablo II.
«Todas las peticiones son anónimas, yo hago una relación de ellas antes de la misa y en su transcurso las leo». En este primer mes de estreno de la urna han triunfado las que piden el fin de la covid y la vuelta a una normalidad real, y también las que solicitan salud y unidad para sus familias. «Pero igualmente me he encontrado con entrañables peticiones de niños; uno pedía que su abuelo esté en el cielo y otro que su padre aprobara la oposición para que pudiera así disponer de más tiempo para estar con él».
Calderón quiere que la urna de las peticiones junto al altar de San Juan Pablo II continúe, «porque hay mucha devoción a un papa que lo ha sido de muchas generaciones». En su caso, reconoce, «San Juan Pablo II ha marcado mi infancia, mi juventud y buena parte de mi madurez; creo que este papa fue un revulsivo para la Iglesia porque atrajo a jóvenes y no jóvenes con su gran capacidad de comunicación». Para el párroco del Pilar, «es una persona admirada y son muchos los fieles, por eso, que se acercan al altar y le rezan, porque son muchos los que le han visto en alguna ocasión, los que le han tocado, porque es un papa contemporáneo». Por eso también él solicito a su secretario la concesión de la reliquia. «Y lo logramos a pesar de que son reliquias muy cotizadas al tratarse, precisamente, de un santo contemporáneo y querido». Pero la parroquia del Pilar lo consiguió y está atrayendo a nuevos rostros, «porque es una pertenencia de alguien considerado santo por la Iglesia y, por tanto, para los fieles, una llamada a vivir la santidad por su intercesión».