25 Abr Un nuevo sacerdote para la diócesis de Plasencia
Monseñor José Luis Retana, obispo de Plasencia, ha ordenado sacerdote esta tarde al diácono Luis Miguel Pérez Paredes. En una celebración concelebrada por don Ciriaco Benavente, obispo emérito de Albacete, don Jacinto Núñez, Vicario General y un nutrido grupo de sacerdotes procedentes de distintas localidades diocesanas. Lo ha hecho en una ceremonia en la Catedral placentina marcada por el aforo limitado, debido a la pandemia. Las ordenaciones sacerdotales son una de las citas diocesanas más importantes, en las que participa el clero, miembros de vida consagrada, seminaristas y, en general, toda la Iglesia local.
Pese a este hándicap, la ceremonia ha destacado por su sobriedad, alegría y el ambiente festivo. La primera en nuestra diócesis desde hace seis años y también la primera ordenación sacerdotal presidida por nuestro obispo desde que fuera ordenado obispo de Plasencia. ´´Hoy es un día hermoso para nuestra Iglesia diocesana de Plasencia, para su presbiterio y para su Obispo, además de para ti, amigo Luismi. Hoy nuestra diócesis se llena de alegría por el regalo que supone la gracia de una ordenación sacerdotal. Mi felicitación a tu madre y a tu familia, y a cuantos en esta tarde damos gracias a Dios por tu vida, tu vocación y tu futuro ministerio. Vas a ser ordenado sacerdote; entrarás a formar parte del presbiterio diocesano, y recibirás el Espíritu Santo para configurarte con Cristo, Cabeza y Pastor, cuya fiesta hemos elegido para tu ordenación. Para mí eres el primer cura que voy a ordenar; permitidme que esta tarde la viva con gozo especial´´.
Consejos del obispo
En su homilía monseñor Retana ha agradecido a Dios la vocación sacerdotal de Luismi, “Los que te hemos ayudado en tu discernimiento hemos comprobado que nunca había desaparecido ese hilo vocacional a lo largo de tu vida. Hoy el Señor toma posesión de ti de modo definitivo. Es momento para dar gracias por todo y por todos, que estoy seguro habrás hecho estos días”.
Monseñor Retana también ha instado al ordenando a ponerse en manos de Dios, “ponte manos a la obra para llevar adelante su misión. Tendrás que proclamar la Palabra de Dios, no la tuya, de la que antes has sido tú su primer oyente. Y tendrás que repartir a manos llenas su Gracia, que has experimentado tú primero. Porque la misión, que se te encomienda debe tener el sello de Dios, que siempre es misericordia y perdón. Ser sacerdote es ser ministro de la ternura y de las mismas entrañas de Dios, imprescindibles en un mundo lleno enfrentamientos. Ama a la Iglesia. La ternura propia de Dios es la que Él ha querido confiar a su Iglesia en cuyo seno tu ministerio tiene su origen y sentido”.
Comunión presbiteral
Nuestro obispo ha concluido su homilía invitando al presbiterio diocesano a quererse mejor, “querido Luismi, con la imposición de nuestras manos y el abrazo de la paz te acogeremos con gratitud en nuestro presbiterio diocesano; que tu bondad nos enseñe a querernos mejor. Que tu entrega de esta tarde avive la ilusión de todos nuestros hermanos sacerdotes, al renovar ahora contigo y junto a ti nuestra historia de fidelidad. Así sea”.
A la celebración, que ha seguido en todo momento las indicaciones sanitarias oportunas, han asistido familiares, amigos, el rector, formadores y seminaristas del Teologado de Ávila y numerosos fieles de Trujillo ciudad natal de Luis Miguel. Debido a las restricciones de aforo, la Misa ha podido seguirse también a través de Facebook, suscitando un gran interés por parte de los diocesanos, que han querido así acompañar a Luis Miguel aún desde la distancia.