20 Ene San Fulgencio: unidad, familia y sabiduría
A pesar de las recientes heladas que han marcado la actualidad de buena parte de nuestro país, los corazones de muchos fieles se han encendido para honrar a San Fulgencio un año más. Tal vez, eso sí, un año especial, porque las cosas “no han sido como siempre” –se oía comentar a la entrada de la Catedral de Plasencia el pasado sábado 16 de enero–.
Llegada la hora, las doce del mediodía, los fieles se fueron congregando poco a poco y responsablemente, dado que las normativas aún vigentes así lo exigían: aforos limitados, distancia social e higiene recurrente. Todo a punto para permanecer en el Santo Templo durante el tiempo que la liturgia ofreciera su belleza y su elocuencia. Los sacerdotes concelebrantes salen en procesión de la sacristía precedidos por el turiferario, la cruz y el evangeliario portado por un recién ordenado diácono permanente. El canto acompaña a la comitiva que rodea el busto del santo devotamente portado por cuatro jóvenes de la Ciudad, representada por su Alcalde, don Fernando Pizarro, y otros miembros de la corporación municipal. Se ha encargado la presidencia de la Celebración a don Jacinto Núñez Regodón, Deán de la S.I. Catedral y Vicario General de la Diócesis. Don José Luis, nuestro obispo, no ha podido asistir “por causas de fuerza mayor”, como explica el mismo don Jacinto, que en su homilía invita a los fieles asistentes y a los que participan a través de la retransmisión en directo gracias a las nuevas tecnologías, a contemplar esta fiesta con tres miradas: somos la Iglesia de Plasencia, san Fulgencio, y una mirada de esperanza.
Concluida la celebración, los cantos acompañan y expresan el gozo de la fe, a pesar de la rareza que supone para todos la circunstancia actual. No obstante, el ardor de la fe y el deseo de crecer en el amor de Dios, es el deseo más expresado por muchos de los asistentes en los saludos que se cruzan al despedirse, y cómo no, que nuestro Santo Patrono interceda por la salud de todos.
En Berzocana
A las once daba comienzo el tradicional repique de campanas acompañado del lanzamiento de cohetes que indicaba que era un día grande para Berzocana e invitaba al pueblo a acercarse a la iglesia a festejar la festividad de su patrón San Fulgencio. A pesar de la pandemia y las normas dictadas por las autoridades sanitarias, fue una ceremonia solemne en la que no se llevó a cabo la tradicional procesión y tampoco se pudo “besar a los santos” acción que se sustituyó por la exposición de las reliquias ante las cuales los fieles hicieron una reverencia en señal de respeto y devoción.
A diferencia de otros años en que la misa era concelebrada por varios sacerdotes, el párroco de la localidad Don Antonio José Triguero Torrado, fue el único celebrante.
Destacó en su homilía, la intercesión de San Fulgencio en nuestras vidas, en que cada uno pidamos por el prójimo, por la persona que tenemos al lado, que ya éste pedirá por nosotros. Implorando la protección a San Fulgencio y a su hermana Santa Florentina para todos los berzocaniegos y berzocaniegas, para todos los fieles de la diócesis de Plasencia y para todo el mundo.