
25 Sep Volver a empezar (sección Diálogos de la revista diocesana Iglesia en Plasencia)
A continuación les ofrecemos el artículo correspondiente a la sección Diálogos publicado en el último número de la revista diocesana Iglesia en Plasencia, que abre el nuevo curso pastoral.
Volver a empezar
A los cinéfilos, el título les habrá recordado la película de José Luís Garci, de 1982, en la que se narra la historia de un exiliado que, tras reinstaurarse la democracia en España, regresa a su ciudad natal, donde se vuelve a encontrar con la mujer que fue el amor de su juventud.
Y los melómanos quizá hayan pensado en Pablo Alborán, que lanzó una canción con el mismo título en 2011. También Alejandro Lerner, cantautor y compositor argentino, hizo lo propio en 1997: “pasa la vida y el tiempo no se queda quieto”; “volver a empezar que aún no termina el juego, que no se apague el fuego, queda mucho por andar”; “sabe Dios que nunca es tarde para volver a empezar”.
La vida sigue inexorablemente hacia delante, pero todos tenemos en el subconsciente que septiembre es el mes de “volver a empezar”. Para aquellos que se fueron de vacaciones, comienza de nuevo el trabajo. Para los niños, jóvenes y educadores, el curso. En las parroquias, las catequesis y demás actividades pastorales. En el campo, volver a preparar la tierra después de las cosechas estivales. Y qué decir de los que han sufrido los incendios de este verano… eso sí que es volver a empezar. Horarios, rutina, cierta disciplina. Con nuevos objetivos, nuevos propósitos, quizá otros ambientes…
También en nuestra vida de fe, septiembre nos impulsa a volver a empezar, a retornar del “exilio vacacional” a la tarea pastoral. No volver a la fe, que es nuestra respuesta a la gracia recibida de parte de Dios y que ha de ser constante y fiel por nuestra parte, aun en medio de nuestras debilidades. Volvemos a los trabajos que esa fe nos urge para seguir extendiendo el mensaje de Aquel que, como en la película, también tuvo que exiliarse hasta poder “volver a empezar” en su pueblo natal.
Porque vivir significa volver a empezar siempre, incluso cuando todo parece perdido, porque siempre hay una flor que florece o un sol naciente por lo que vale la pena vivir. Ánimo, pues, en este comienzo de curso.
Sección Diálogos
Iglesia en Plasencia, número 632