Iglesia en Plasencia: ‘Ese es un cacho de pan (sección Diálogos)

Iglesia en Plasencia: ‘Ese es un cacho de pan (sección Diálogos)

A continuación les ofrecemos el artículo correspondiente a la sección Diálogos del número 630 de la revista diocesana Iglesia en Plasencia.

Ese es un cacho de pan

¿Cuántas veces lo hemos dicho? Hay personas que son así, un cacho de pan: buenas, sencillas, generosas. Personas que alimentan el alma y sostienen el mundo desde dentro. Y ante ellas surge la pregunta:¿De dónde nace esa bondad tan callada y tan firme? Pues del Pan. Así, con mayúscula. Del Pan que es Cristo Eucaristía.

Cada año, cuando los corazones se arrodillan al paso del Señor en la fiesta del Corpus, celebramos que Dios sigue saliendo a nuestro encuentro convertido en Pan.

Ahí está la clave. Si Dios eligió hacerse Pan, será porque no hay gesto más divino que ser pan que se parte y reparte. No podemos adorar al Señor en la custodia sin dejarnos transformar por Él. Porque la Eucaristía no es un tesoro para esconder bajo llave, ni una simple joya para exponer tras una vitrina. Es alimento para el camino, levadura que fermenta el mundo. Y quien comulga con fe y comprende, ya no puede vivir a medias.

Por eso Cáritas acierta de lleno con su lema: «Mientras haya personas, hay esperanza». Mientras haya quien se deje partir por amor, quien sea un cacho del Pan de la Vida en su trabajo, en su parroquia… hay luz en medio de tanta noche. Este lema es un eco del Evangelio. Mientras haya personas que crean en la dignidad del otro, que no se resignen, que tiendan la mano y compartan su tiempo, su pan y su vida… hay esperanza. En nuestra diócesis hay muchas personas-pan que se entregan cada día en silencio, que hacen presente el amor de Dios en lo concreto. Que huelen a Evangelio… y a pan del bueno.

El mundo sigue necesitando personas-pan que vivan desde el Amor. El Corpus Christi nos recuerda que, al recibir la Eucaristía, somos llamados a convertirnos en ella: pan partido, repartido y compartido para la vida del mundo. Tu vida está llamada a partirse por amor de su Amor. Atrévete a dejarte amasar por Dios y, alimentado del Pan, sé para todos un trozo de este Pan.