La pasión de una diócesis (Semana Santa en la revista Iglesia en Plasencia)

La pasión de una diócesis (Semana Santa en la revista Iglesia en Plasencia)

Con la entrada triunfal en Jerusalén a lomos de una borrica, este Domingo de Ramos comienza la Semana Santa 2025, una de las celebraciones principales del cristianismo, donde se conmemora la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús. La última semana del Mesías en la tierra. Este domingo es la antesala del Triduo Pascual (Jueves Santo a Domingo de Resurrección), que da paso, posteriormente, a la Pascua.
Como es habitual en los últimos años, en Iglesia en Plasencia haremos un recorrido por distintos lugares de nuestra Diócesis para trasladar algunas de las celebraciones que se realizan a lo largo de todo el territorio. Desde hace meses, los cofrades se disponen a preparar la mejor Semana Santa posible. Ensayos, pregones, exaltaciones, salida de pasos, misas, y un largo etcétera de actos, sirven como adelanto de la semana más emotiva del año. Aquella en la que revivimos esos últimos días de Jesús, en los que da su vida por nosotros y en los que nos abre la puerta de la vida eterna.

Un Domingo de Ramos especial en Casatejada

Como ya habrán visto en nuestra portada, con la imagen de la Borriquita de Don Benito, este Domingo de Ramos está marcado por la bendición de las palmas y ramos de olivo y, en la mayoría de lugares se celebra la procesión con la imagen de Jesús a lomos de una borrica. Sin embargo, Casatejada es uno de esos lugares en los que, curiosamente, no procesiona una borriquita y eso es una de las cosas que la hace especial. De hecho, este domingo, a las 12 horas se procede a la bendición de los ramos (de olivo), para ir todos los fieles en procesión a la parroquia para asistir a misa. Es por la tarde, a las 20 horas, cuando se dirigen en procesión a la Ermita de la Virgen de las Angustias, trasladando la imagen de la Virgen a hombros hasta la Ermita de la Soledad.

Malpartida de Plasencia y su Jueves Santo

El Jueves Santo nos trasladamos hasta Malpartida de Plasencia, donde las cofradías penitenciales pasean por las calles sus pasos con las imágenes representativas de cada una de ellas. Los cofrades trasladan el dolor en el caminar por las calles, demostrando que el Señor venció al dolor y a la muerte. La Cruz guía inicia la procesión y los pasos desfilan por orden: 1. Cofradía de la Flagelación y Santo Sepulcro (Cristo de la Columna. Túnica granate, sayo blanco y encapuchados –los costaleros sin cono en la capucha-). 2. Cofradía de Jesús Nazareno y la Piedad (Nazareno. Sayo color nazareno y capa blanca). 3. Cristo Crucificado: emoción pura y sentimiento con el Cristo tumbado que transmite dolor y arrepentimiento con la perspectiva de que están clavando a Jesús en la Cruz (los niños desfilan primero y los cofrades visten sayo blanco sujeto con cordón verde, capa verde y capucha sin cono). 4. Cofradía de la Virgen de los Dolores (las mujeres, vestidas de riguroso luto cargan la imagen de la madre rota de dolor. Acompañan sacerdotes y autoridades civiles.
La banda de tambores y cornetas ameniza un recorrido de dos horas por las calles y plazas de una Malpartida abarrotada por vecinos, hijos del pueblo y visitantes, que asisten a este testimonio de fe. No faltan las promesas, el recogimiento y la intimidad, incluso los sacrificios físicos caminando descalzos o con cadenas.

Viernes Santo en Don Benito

La ciudad de Don Benito tiene tras de sí una larga trayectoria de Semana Santa y, además, la devoción es enorme entre sus fieles y cofrades, que preparan con esmero y ponen en valor las celebraciones. Aunque es famosa la procesión de la Borriquita, en esta ocasión nos vamos a detener en el Viernes Santo, donde desfilan dos pasos, el de la Virgen de la Soledad, de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santísimo Cristo de la Paz (1955) y la Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro, Cristo Resucitado y María Santísima del Encuentro que, aunque veía aprobados sus estatutos en 2006, tiene también sus orígenes mediada la década de los 50 (1954, aunque hay datos fotográficos que demuestran que antes de la Guerra Civil ya se procesionaba el Viernes Santo), cuando procesionaron por primera vez el Viernes Santo tras crearse la cofradía siendo párroco don Luis Macías y con el objetivo de crear una cofradía para acompañar a la Virgen de la Soledad. Un corazón rojo sangrante traspasado por una espada fue el emblema hasta 1997, cuando se integra en la Cofradía el Cristo de la Paz y se le añade una corona de espina. En la actualidad cuenta con cerca de 600 cofrades y es la de mayor número de la ciudad. El hábito está formado por túnica blanca con vueltas en las mangas negras, capa en tela negra, escapulario, cinturón y antifaz a doble cara en blanco y negro. Se suman guantes blancos, calzado negro y la medalla. Las Madrinas acompañan a la Virgen de la Soledad con traje negro y mantilla negra, vela y rosario.
La actual imagen data de 1991, obra del escultor cordobés don Antonio Bernal Redondo.

A las 21.30 horas, la iglesia llena de cofrades, nazarenos y madrinas. Todo está preparado y los nervios están a flor de piel mientras el Hermano Mayor lee la promesa de silencio que da paso a la procesión, en la que faroles siguen a la Cruz de guía y preceden al estandarte de la Virgen de la Soledad. Recuerdo a los hermanos fallecidos y le sigue el estandarte de la cofradía escoltado por las autoridades civiles. Los costaleros debajo del paso cantan el himno de la Virgen y comienzo la salida del paso. Suena el himno de España y la Soledad es portada, majestuosa, vestida de gala. Tres horas por unas calles abarrotadas, rezando, cumpliendo promesas, dando gracias. Vuelven a enfilar San Antonio a la luz de las velas. La madre vuelve a su casa ante el silencio, la admiración y la emoción.

Gargantilla ‘anticipa’ la Resurrección

La Semana Santa en Gargantilla se destaca el Sábado de resurrección, la tradición de este día viene de antaño, y tiene la peculiaridad que se celebra a media noche del Sábado Santo. A la luz del Cirio Pascual encendido se anuncia la resurrección y ese fuego se traslada a todos los asistentes. Al término de la Vigilia se procede a sacar en procesión a la Virgen. Lo hacen cuatro mayordomas jóvenes (designadas el día de las Candelas) vestidas de blanco y ataviadas con peineta y mantilla, mientras la Virgen sale con manto negro. Le acompañan exclusivamente mujeres y recorren la parte baja del pueblo, mientras los hombres jóvenes portan el Cristo en la parte alta hasta encontrarse en la Plaza de España, donde el Cristo se inclina tres veces antes de llegar. En el reencuentro ambos se arrodillan y la virgen cambia el manto negro por uno blanco. Suenan las campanas de la Torre y una campanilla anuncia que Cristo ha resucitado.