Editorial de Iglesia en Plasencia: Cirio

Editorial de Iglesia en Plasencia: Cirio

Cirio es una vela larga y gruesa. El Cirio Pascual es el que se bendice en la vigilia pascual y arde en los oficios litúrgicos más solemnes que se celebran entre el Domingo de Resurrección y el de Pentecostés, en el rito del bautismo y en las exequias. Es el símbolo por excelencia de la Resurrección de Jesucristo. La luz del cirio que vence la oscuridad al inicio de la Vigilia Pascual representa a Jesucristo resucitado que derrota al pecado y a la muerte.

Ilumina el presbiterio durante el tiempo litúrgico de la Pascua e incluso sustituye a la cruz durante la incensación del altar. El resto del año es colocado junto a la pila bautismal y junto al difunto en la misa exequial. Es símbolo de la vida nueva fruto de la Resurrección que se recibe en el bautismo y que se anhela en esperanza.

Reconocer a Jesucristo como luz es un efecto de su Encarnación. Su presencia en el mundo ilumina al ser humano, le ofrecer la verdadera dimensión de su ser. Igual que la luz hace posible caminar sin temor, la fe se convierte en guía que ayuda a vivir en confianza. Jesucristo se designa como luz del mundo, para que el que crea en él no camine en tinieblas.

Iluminar la propia vida desde la resurrección de Jesús es un renacer y una participación de una nueva creación, porque la dimensión de la existencia se ve alargada desde la esperanza en participar de la Salvación. Se inicia una vida nueva que conlleva hacer presente la predicación de Jesus, poner en práctica los valores evangélicos y compartir los sentimientos del Padre del Cielo.

Oscuridad y sufrimiento están relacionados con la cruz. Alegría y luz brotan del Cirio. La vida nueve que brota de la Pascua ha de ser vida de los Hijos de Dios que peregrinan en esperanza de eternidad. Una existencia que se ve iluminada por la presencia del Señor Resucitado y de su Espíritu Santo y que ha de manifestar la alegría de saberse amado por un Padre misericordioso. La pascua es un anticipo del vivir en la verdad y en la libertad propia de los hijos de Dios que participan del triunfo del Resucitado que es representado en el Cirio.

Publicado en la revista Iglesia en Plasencia, número 625, 13 de abril de 2025.