Emoción, recogimiento y verdad en el pregón de don Santiago García-Jalón en la Catedral

Emoción, recogimiento y verdad en el pregón de don Santiago García-Jalón en la Catedral

La Semana Santa de Plasencia, que sigue cuidando todos sus pasos en busca de un reconocimiento de Interés Turístico Nacional que, como deseaba y esperaba don Jacinto Núñez, Deán presidente de la Catedral, debería suceder este mismo año. Don Jacinto fue el encargado de introducir al pregonero. Un pregonero con el que le unían lazos de amistad y colaboración docente durante años en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde el Excmo. Prof. Santiago García-Jalón de la Lama, ejerce como Rector Magnífico desde agosto de 2023. No podía tener, por tanto, mejor pregonero el acto. García-Jalón, con un discurso personal a la vez que fiel a la verdad, profundo y bellamente hilvanado, supo trasladar a la Catedral las últimas horas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús que vamos a rememorar en unos días.

De forma fotográfica nos trasladó a esas últimas horas, a los últimos lugares donde Cristo sufrió el martirio y donde, a través de ese sufrimiento, salvó a la Humanidad. García Jalón llenó la Catedral de emoción y de recogimiento pero, sobre todo, de verdad. La verdad del amor de Jesús.

Como el bien dijo, «de este hombre, del único inocente, del mejor de los nacidos, vengo a anunciaros, disculpadme la osadía, el prendimiento, la tortura, la ejecución y que Dios lo ha resucitado», dijo.

«Dejadme que os diga quién era, quién sigue siendo en los blandos tremedales, en las altas enredaderas del cielo, en los aposentos de esta tierra que es para siempre la suya. Dejadme que os diga: No hubo príncipe en Sevilla que comparársele pueda, ni espada como su espada ni corazón tan de veras. Como un río de leones su maravillosa fuerza, y como un torso de mármol su dibujada prudencia. Aire de Roma andaluza le doraba la cabeza donde su risa era un nardo de sal y de inteligencia. ¡Qué gran torero en la plaza! ¡Qué gran serrano en la sierra! ¡Qué blando con las espigas! ¡Qué duro con las espuelas! ¡Qué tierno con el rocío! ¡Qué deslumbrante en la feria! ¡Qué tremendo con las últimas banderillas de tiniebla! «, añadió antes de entrar a relatar la mayor de las verdades.

En esa verdad, en esa fidelidad tan propia, el Rcctor nos propuso una mirada personal y profundamente espiritual sobre el sufrimiento humano, la redención y la esperanza cristiana. Su estilo, delicado y contundente a la vez, emocionó al auditorio y elevó el tono del inicio de la Semana Santa placentina.

Nuestro Obispo, Monseñor don Ernesto Brotóns, no pudo asistir. Sí lo hicieron junto al anfitrión, don Jacinto Núñez, don Ciriaco Benavente, Obispo Emérito de Albacete; don Francisco E. Barrado, Vicario General; doña María Teresa Marcos Martín, Canciller-Secretaria de la Diócesis; los miembros del Cabildo Catedralicio y otros sacerdotes diocesanos; el delegado Episcopal de Hermandades y Cofradías, don Pedro Cordero; el presidente de la Unión de Cofradías y Hermandades de Plasencia junto a miembros de su directiva y también los presidentes de las distintas cofradías y hermandades que desfilaron antes y después del acto. Tampoco faltaron las autoridades civiles encabezadas por el alcalde, don Fernando Pizarro y varios miembros de la Corporación Municipal.

El acto contó con el acompañamiento musical de la Banda de Música Ciudad de Plasencia, que interpretó las siguientes piezas:

  • Siempre la Esperanza (Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros)
  • Getsemaní (Ricardo Dorado)
  • Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono (Francisco Herrera Míjez)
  • Al cielo la Reina de Triana (José Luis Gómez Jaldón)