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23 Ene ‘Diálogos’ de la revista diocesana Iglesia en Plasencia: ¡That´s all, folks!
Con la fiesta del Bautismo del Señor, los católicos ponemos fin al tiempo de Navidad el domingo posterior a la Epifanía. Y en esa fecha, tradicionalmente se guardan el árbol, el belén y los demás enseres navideños hasta el año próximo, si Dios quiere. Y, como dirían al final de un capítulo de los famosos Looney Tunes, ¡esto es todo, amigos!
Pero, de verdad, ¿esto es todo, amigos? ¿esa es toda nuestra Navidad?: ¿solamente un efímero paréntesis para seguir después a “taramazos”? ¿una campaña anual de masivas ventas para las grandes marcas? ¿una temporada en la que acallar nuestro quebranto interior dando algo de dinero a los pobres? ¿unos cuántos días de películas melifluas en la televisión?¿una incesante sucesión de opíparas comidas y cenas? ¿un elogio a la falsedad donde fingimos amar al enemigo cuando, en realidad, lo detestamos?…
La Navidad realmente es un toque de atención, un profundo zarandeo, una de esas modernas “red flags”. Un aviso de que algo estamos haciendo muy mal durante el resto del año. Será una verdadera Epifanía si permitimos que lo esencial se manifieste en nuestra vida y si tenemos el suficiente valor para reconocerlo y vivirlo. Porque más allá de luces titilantes de colorines, refulgentes espumillones y compulsivas compras; lejos de lo accesorio, la Navidad es sencilla y la podemos vivir cada día en nuestros propios zapatos, palpando nuestra propia fragilidad y nuestra propia carne.
Y es que, en la persona de Jesús de Nazaret, Dios se hace uno más de la familia humana, compartiendo nuestra carne, nuestra debilidad; asumiendo nuestra condición humana con todas las consecuencias. Dios se hace así, de una vez y para siempre, uno de los nuestros y comparte nuestro mismo camino, viviendo nuestras mismas tristezas y angustias y experimentando también nuestros gozos y esperanzas. Hasta la muerte. Y uno de los nuestros que, por derecho, es también Hijo de Dios llega a lo máximo, a lo que no podíamos imaginar. ¡Esto si es Todo, amigos!