26 Dic 26 de diciembre. San Esteban, protomártir
La Iglesia celebra hoy, jueves 26 de diciembre, la Festividad de San Esteban y, con la ayuda de don Miguel Ángel Ventanas, delegado de Liturgia y Animación a la Oración y canónigo de la SI Catedral, prefecto de música, nos adentramos en su vida y obra.
Esteban fue uno de los primeros en seguir a los Apóstoles. Se supuso que fuese griego, o judío educado en la cultura helenística. Lo cierto es que fue muy apreciado en la comunidad de Jerusalén, tanto es así que su nombre aparece en los Hechos como el primero entre los siete que fueron elegidos para ayudar a los Apóstoles en su misión. «Un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo», realizaba prodigios y milagros, pero algunos de la sinagoga instigaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, al decir que lo habían escuchado pronunciar expresiones blasfemas contra Moisés y contra Dios. Era el período posterior a Pentecostés. Esteban fue arrastrado ante el Sanedrín, fueron presentados falsos testigos que lo acusaron de haberlo oído decir que Jesús el Nazareno habría destruido ese lugar y subvertido las costumbres dictadas por Moisés.
Entonces Esteban pronunció el discurso más largo de los Hechos de los Apóstoles, un fuerte discurso en el que repasó la historia de la salvación. Dios había preparado la venida del Justo, pero ellos habían resistido al Espíritu Santo, así como sus padres habían perseguido a los profetas. “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios”, concluyó Esteban. Palabras que le costaron caro. Los presentes estallaron en fuertes gritos. Fue arrastrado fuera del furor de la gente y comenzaron a lapidarlo. Entre los que aprobaron su asesinato estaba Saúl, quien de feroz perseguidor de los cristianos se convertiría luego en el Apóstol de los gentiles, San Pablo. A sus pies depusieron el manto de Esteban, y mientras las piedras lo golpeaban, el joven pidió a Jesús que acogiera su espíritu y perdonase a sus asesinos.
El lugar del martirio de San Esteban en Jerusalén se coloca tradicionalmente en las afueras de la Puerta de Damasco, donde hoy surge la iglesia de Saint-Étienne. En el cristianismo, la devoción a San Esteban fue inmediatamente fuerte y las noticias sobre sus reliquias se remontan al 400 DC. El eco de su vida, sobre todo de su martirio, ha permeado profundamente en el arte. A menudo se representa con piedras decorativas o con la palmera.
* En nuestra diócesis celebra su fiesta la parroquia de Plasencia de la que es titular (imagen inferior).