Treinta años de obra solidaria celebrados en un acto conmovedor

Treinta años de obra solidaria celebrados en un acto conmovedor

Treinta años de amor, entrega y servicio. Era la introducción del acto conmemorativo del XXX Aniversario de la Fundación Santa Bárbara Proyecto Hombre Extremadura que este viernes se celebraba en un Salón de Bóvedas lleno de autoridades eclesiales, políticas y sociales, con los patronos de la fundación, con los técnicos y con los voluntarios, con los beneficiarios, con familiares, con representantes de otros organismos diocesanos.

Fue un acto difícil de olvidar por lo emotivo, por el recuerdo de muchos de los impulsores de esta gran obra que trabaja con esmero para ayudar a las personas con adicciones y a sus familias, que, con una labor inmensa y solidaria a ayudado en estas tres décadas a muchas personas y ha devuelto la normalidad a muchos hogares, a muchas familias, como bien reflejaron en sus testimonios María José, esposa de un beneficiario, y Santiago, primero beneficiario y desde hace años voluntario, devolviendo lo que un día recibió. Ninguno de los dos pudieron evitar las lágrimas. Muchos les acompañaron y otros seguro que lloraron por dentro. Imposible no conmoverse. Como bien señaló en su alocución final Monseñor Brotóns, «La Fundación Santa Bárbara Proyecto Hombre de Extremadura nació de gente con corazón», recordando también a los presentes la Encíclica de Papa Francisco sobre el Corazón de Jesús. Nuestro Obispo, que presidió el acto acompañado por el presidente de la Asociación Nacional Proyecto Hombre, Manuel Muiños; y por el director de Proyecto Hombre Extremadura, Pedro J. Díez, interpeló también a todos los presentes: «La lucha contra las adicciones y la prevención es tarea de todos e implica a toda la sociedad», dijo, incidiendo también en la importancia del trabajo en red y, de nuevo en el corazón: «Una sociedad que mira hacia otro lado no tiene corazón».

Emocionados escuchaban los patronos de la fundación, colaboradores, voluntarios, los Obispos Eméritos Ciriaco Benavente, de Albacete, y Amadeo Rodríguez, de Jaén, testigos y colaboradores necesarios del enorme trabajo de la Fundación, un trabajo que, además, une a la Diócesis de Plasencia con la diócesis hermana de Coria-Cáceres. Asistieron también el Vicario General, don Francisco E. Barrado; el Deán de la SI Catedral, don Jacinto Núñez; el Vicario de AA EE, don Antonio Luis Galán; el de Pastoral, don David Calderón; sacerdotes como don Juan Luis García, párroco in solidum de la UP Plasencia Intramuros; el alcalde de Plasencia, don Fernando Pizarro, junto a varios integrantes de la Corporación Municipal; el Intendente de la Policía Local de Plasencia, … En fin, una larga lista de personas que, en mayor o menor medida han colaborado en la consolidación de una obra magnánima.

Sin embargo, es una obra que, por desgracia, parece no tener fin. Por eso, Manuel Muiños quiso dejar claro que hay que poner todos los sentidos en este asunto. Y también apeló a la importancia de la familia. «Allí donde hay Proyecto Hombre hay familia», destacó. Y dejó claro que el enemigo es grande: «Proyecto Hombre baila con la más fea, la droga. Hoy en día son adicciones. Siempre digo que Proyecto Hombre no es un gasto, es una inversión», pero pidió no bajar la guardia, porque «hoy en día, la sociedad da la callada a las adicciones. Lo hemos normalizado. Nos da igual, nos resbala», dijo. Por eso insistió en la necesidad de buscar «la visión humanista de Proyecto Hombre».

Pero, siguiendo con el acto, tras la oración y la entrada de don Ernesto y de Pedro Díez, se procedió a los testimonios: una persona atendida, Angy; y una familiar y un voluntario, los antes citados María José y Santiago. Sus discursos, a cual más emotivo. Sin embargo, fueron sólo el preámbulo de los reconocimientos. Unos reconocimientos que, por la falta ya de algunas de las personas reconocidas, hicieron que la emoción estuviera a flor de piel.

  • Colectivo del Voluntariado
  • Ayuntamiento de Plasencia
  • Equipo terapéutico
  • Don Virgilio Vegazo (recogió el presente don Alfonso Llorente)
  • Don José Orantos (recogió su viuda, Sofía Sánchez-Rodrigo)
  • Don Florencio de Lama (recogió su viuda, Pilar Sánchez)
  • Don Ramón San Bernabé (recogió su hija, Inmaculada San Bernabé)
  • Don Antonio Cano
  • Don Enrique Giménez Carrero
  • Don Juan Carlos López Duque
  • Don Alfonso Llorente
  • Doña Esther Artacho (recogió su hija, Elisa)
  • Don Pedro Díez

En definitiva fue un acto de abrazos, de los fuertes, de los que llenan; de besos, de reencuentros, de sabor a trabajo bien hecho, pero sin confianzas, sabedores de que queda mucho por hacer. Un acto que ya forma parte de la historia del organismo diocesano, de la Fundación, de la diócesis, de la ciudad y de toda la región. Un acto que no debe sino seguir concienciando a toda la sociedad de la necesidad de afrontar y luchar contra este grave problema de las adicciones «que te enredan y destrozan la vida», en palabras de Monseñor Brotóns, y que, gracias a Dios y a la Fundación Santa Bárbara Proyecto Hombre Extremadura, sigue sin dar a nadie por perdido.

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