27 Ago Original, el paso de Carlo: El musical “que toca el corazón”
Plasencia acoge el próximo 28 de septiembre dos sesiones del musical ‘Original, el paso de Carlo’, una obra en la que se representa la vida de Carlo Acutis, el primer santo ‘Millenial’, que será canonizado en breve, tal y como anunció Papa Francisco antes del verano. Será en el teatro Alkázar, a las 17 y a las 20.30 horas y coincide con el comienzo del nuevo Curso Pastoral de la Diócesis de Plasencia, que ha hecho un gran esfuerzo para que la ciudad disfrute de un espectáculo único y exitoso en todas sus representaciones, la última, hace unas semanas en Torrevieja (Alicante).
Por eso, intentamos meternos en los entresijos de la propia obra y llegamos hasta el ‘alma máter’, don José Antonio Fernández Moreno, director y productor de la obra, germinada en la Diócesis de su Cuenca natal. Natural de Belmonte, Fernández arrastra tras de sí una larga trayectoria que mezcla su vida sacerdotal con la música. De ambas se puede sacar una clara conclusión, una enorme ‘pasión’ que transmite en cada palabra.
Cursó estudios de Piano en el Conservatorio de Cuenca y de Órgano en el Conservatorio de Teruel. Se ordenó sacerdote en 1992 y es licenciado en Sagrada Teología, y Doctor en Derecho Canónico, estudiando en la ‘San Vicente Ferrer’ de Valencia, en la Pontificia de Salamanca y en la Pontificia de Comillas. Ha compaginado sus múltiples destinos parroquiales con su faceta docente y el cargo de delegado de Enseñanza Religiosa, su canonjía en la Catedral de Cuenca. En la actualidad es Rector de los Seminarios Menor y Mayor de la diócesis de Cuenca; Juez del Tribunal Eclesiástico y Deán de la Catedral.
Pero si satisfacción y reconocimiento le ha dado su ministerio, en los últimos años también lo ha compaginado con su otra pasión, la musical. Primero con el musical ‘No tengáis miedo’ sobre la vida de San Juan Pablo II, en 2011, y desde hace unos meses con ‘Original, el paso de Carlo’, gracias al impulso de la Delegación de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Cuenca. Con el primero recorrió una veintena de Diócesis y, con el segundo, va camino de superar el éxito del primero.
“Aunque nuestra diócesis no es grande en número de habitantes, sí tenemos una delegación juvenil muy fuerte y tradición musical. De hecho, han terminado ahora los campamentos de verano en los que habrán participado entre tres mil o cuatro mil jóvenes además de cuatrocientos monitores”. A ello le acompaña un fuerte movimiento de aspirantes a sacerdotes. “Tenemos doce en el Seminario Mayor y ambas cosas nos demuestran que hay encuentro con Jesucristo”, señala. Ambos casos le llevaron a ponerse manos a la obra con todo el proyecto. “Ya hace doce años hicimos el musical sobre San Juan Pablo II y me rondaba en la cabeza. Siempre he pensado que la música es un gran instrumento para acercar a la gente a Dios y un día, en la Novena de Carlo Acutis, en ese oratorio, me vino la idea. Hay un seminarista, Jorge -el protagonista de la obra-, que se parecía a Acutis y entre los dos nos lo marcamos como retos y es cuando empezamos a encajar el guión, la música y el diseño”, afirma.
Pero, ¿cómo es el musical? “Es un musical que, sin ser profesionales -sólo la orquesta pop de 25 personas-, se acerca mucho a lo profesional, y eso que mueve un total de unas 140 personas, la mayoría de ellas pertenecientes al Seminario y a la delegación de Pastoral Juvenil”, comenta, a la vez que nos explica que “nuestra pastoral juvenil es una pastoral juvenil en parroquia, con núcleos muy activos”.
Eso le ha permitido, a pesar de ser una diócesis ‘pequeña’ (la provincia de Cuenca tiene unos 170.000 habitantes), afrontar un reto descomunal y ambicioso. “Es cierto que lo que hacen las diócesis grandes tiene más trascendencia, pero yo creo que en todas se hacen cosas bonitas. Es como un tesoro escondido. Son semillas del Reino que crecen sin que uno sepa cómo. Aquí, todos estamos en el mismo barco y, de vez en cuando, alguno saca la voz. Es un regalo de Dios, sin personalismos, sin nombres propios. Eso es lo que ha sucedido”.
Y anima a los placentinos a que no se lo pierdan: “La gente termina llorando y sale prendida porque toca el corazón. Es una luz que contagia”, afirma rotundamente. Además, tiene claro los mensajes que salen de la obra. Los dos principales, “el encuentro personal con Jesús que presenta a un Carlo Acutis amigo de Jesús, un trato cercano, una amistad que se expresa en la Eucaristía -detrás del decorado tienen el Santísimo y veinte minutos antes, todos los integrantes se reúnen para adorarlo-” y también el cariño a María Virgen, sin olvidar el cuidado a los pobres, el ‘noviazgo’ cristiano, la vocación sacerdotal o el uso de las Redes Sociales.