17 May «Somos laicos y laicas por vocación y estamos llamados a la misión»
Jesús Florencio Gómez Medinabeitia es el Delegado Episcopal de Apostolado Seglar desde febrero de 2021 y encargado junto al Consejo Diocesano de Acción Católica de organizar la Vigilia Diocesana de Pentecostés con motivo de la celebración del Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar. La Vigilia se celebrará mañana sábado día 18 de mayo, en la iglesia de San Miguel de Jaraíz de la Vera a las siete de la tarde. Será presidida por Monseñor Brotóns Tena.
– Mañana se celebra la Vigilia Diocesana de Pentecostés, ¿por qué en Jaraíz?
-Desde hace tiempo, la celebración va cambiando cada año de ubicación para poner en valor lo diocesano y lo rural, en un empeño por hacernos presente en todo el territorio diocesano. Intentamos que, alternativamente, se celebre también en la zona norte y sur. Tras la experiencia gozosa del pasado año en Miajadas, este año nos acoge Jaraíz de la Vera, donde el grupo de Acción Católica General presente en la localidad se ha encargado, con el acompañamiento del párroco, de la preparación de la Vigilia con gran cariño. La celebración pretende visibilizar el laicado que vive y trabaja en el mundo, llevando la experiencia del encuentro con Jesús de Nazaret a todas las realidades. Con este objetivo, solemos mantener el formato de celebración que nos ofrece la Conferencia Episcopal Española para este día, adaptando a nuestra realidad algunos pequeños gestos para hacerlo más nuestro.
– El domingo es el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, coincidiendo con el Domingo de Pentecostés.
-El domingo celebramos la Solemnidad de Pentecostés, que no es otra cosa que la efusión del Espíritu Santo que nos envía y capacita para la misión. Todo eso y nada más que eso. En este contexto, se celebra el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. Es decir, visibilizamos específicamente dos realidades: la Acción Católica, que no es sino la presencia natural, sin etiquetas, del laicado en nuestras parroquias y en nuestra Iglesia; y el Apostolado Seglar, el testimonio común y constante de tantas personas que evangelizan en medio del mundo, desde su vocación específica: la vocación laical. Para ello se envía a todas las parroquias diocesanas el cartel de la jornada, que pretende hacernos tomar conciencia al menos de lo que celebramos, y el subsidio litúrgico y demás materiales de la Jornada para poder trabajarlo en catequesis, con los grupos parroquiales, en los movimientos, etc. En definitiva, hacer visible la celebración del laicado diocesano.
-¿Qué te parece el lema de este año? Laicos por vocación, llamados a la misión.
-Al hilo de lo que venimos comentando, creo que el lema no puede ser más acertado: venimos en los últimos años de la Celebración del Congreso de Laicos, y estamos inmersos en pleno Sínodo y trabajando aún el Análisis Diocesano de la Realidad. En este tiempo, creo que muchos hemos ido descubriendo y avanzando en sinodalidad y corresponsabilidad en nuestro ser Iglesia. Hemos experimentado que no somos meros colaboradores, sino parte activa. Que no somos ayudantes en la tarea, sino que ésta nos pertenece. Que el bautismo nos compromete y que el Espíritu nos capacita y nos envía. Y todo esto no se puede resumir mejor en una frase. Somos con Jesucristo, por el bautismo, sacerdotes, profetas y reyes. Y desde esta realidad, nuestra vocación es el laicado y nuestra tarea es la misión en las realidades temporales, en el día a día, donde se decide la vida de las personas. Ojalá tomemos conciencia de esto: que somos laicos y laicas por vocación y que estamos llamados a la misión.
– ¿Desde cuándo estás al frente de la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar?
-El servicio de la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar me lo encomendó nuestro anterior obispo, don José Luis, en febrero de 2021, en un momento muy complejo porque salíamos del parón producido por la pandemia del COVID y aún en plena recepción del Congreso Nacional de Laicos que habíamos celebrado en 2020. Fue una sorpresa cuando me lo propuso el Sr. Obispo unos meses antes en las fiestas de San Andrés en Navalmoral. Apenas con treinta años me encomendaban el acompañamiento y la coordinación de los movimientos de laicos de la diócesis, para continuar el gran trabajo realizado por don Felipe García, el anterior delegado. Era la primera vez en nuestra Diócesis que un laico asumía la responsabilidad de esta Delegación y he de reconocer que, al principio, me sentí abrumado.
– ¿En qué consiste el trabajo de la Delegación? ¿Cuáles son las fechas clave?
-Pues siempre que me lo preguntan me gusta decir que el trabajo de la Delegación es acompañar y animar. Gracias a Dios, contamos en la Diócesis con movimientos y personas laicas muy comprometidas y activas. Y con una gran pluralidad de sensibilidades en el seguimiento de Jesús. Partiendo de esta realidad tan rica, el trabajo consiste sencillamente en ser capaz de acompañar la realidad de cada movimiento con su carisma y su sensibilidad específica y, a la vez, coordinar lo básico común que comparten todos los movimientos diocesanos. En ese acompañamiento, lo más importante para mi -aunque no siempre lo consiga- es intentar hacer presente la Delegación a lo largo del curso en las celebraciones específicas de cada movimiento para animar a continuar la labor evangelizadora. Como hitos claves específicos a lo largo del curso tenemos los retiros de Adviento y Cuaresma para laicos, que organizamos en colaboración con la Vicaría Diocesana de Pastoral para aunar esfuerzos y no duplicar convocatorias, y de manera muy especial la Vigilia Diocesana de Pentecostés, donde celebramos a nivel diocesano el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, el envío específico que hace el Señor a cada persona capacitándola para la misión. Además participamos regularmente en el Consejo Diocesano de Pastoral, Consejo Diocesano de Acción Católica y las comisiones de trabajo del Análisis Diocesano de la Realidad, del Sínodo… Es siempre un trabajo compartido con los Vicarios, con los responsables diocesanos de los movimientos, con los sacerdotes y la vida religiosa, con tantas personas de nuestras parroquias…