14 Mar «Padre, envíanos pastores»: el análisis diocesano del Día del Seminario
La Iglesia celebra el 19 de marzo, solemnidad de San José, el Día del Seminario, con el lema «Padre, envíanos pastores». En las comunidades autónomas en las que no es festivo, como es el caso de Extremadura, se celebra el domingo más cercano. Este año, el 17 de marzo. La Subcomisión Episcopal para los Seminarios ha elaborado los materiales para apoyar la celebración de esta Jornada, que cada año se presenta como una ocasión para dar gracias, mostrar apoyo a los seminaristas, formadores y sus familias, además de para pedir por las vocaciones sacerdotales.
Este domingo, la SI Catedral acogerá la Santa Misa de las 12 horas con este motivo. Será presidida por nuestro Obispo, Monseñor don Ernesto J. Brotóns Tena.
A continuación les ofrecemos el análisis desde el punto de vista diocesano reflejado en nuestra revista diocesana Iglesia en Plasencia.
La Iglesia celebra el 19 de marzo, solemnidad de San José, el Día del Seminario, con el lema «Padre, envíanos pastores». En las comunidades autónomas en las que no es festivo, como es el caso de Extremadura, se celebra el domingo más cercano. Este año, el 17 de marzo. Esta Jornada, cada año se presenta como una ocasión para dar gracias, mostrar apoyo a los seminaristas, formadores y sus familias, además de para pedir por las vocaciones sacerdotales.
Datos diocesanos
“Quien quiera ser sacerdote debe ser sobre todo un hombre de Dios. Por eso, lo más importante en el camino hacia el sacerdocio, y durante toda la vida sacerdotal, es la relación personal con Dios en Jesucristo” afirma Fernando Valverde Berrocoso, rector del Seminario Diocesano. En los últimos cinco años se han celebrado siete ordenaciones sacerdotales en la Diócesis. En 2013, 1; 2014, 2; 2015, 1; 2021, 1 y 2022, 2. Actualmente la Diócesis cuenta con tres seminaristas. José Albarrán del Sol, de Monroy, en la Etapa Discipular en el Teologado de Ávila en Salamanca; Pablo García Sánchez, de Hervás, en la Etapa Propedéutica en el Teologado y David Martín Muntó, de Plasencia, en el Seminario Menor. “El tiempo en el Seminario es también, y sobre todo, tiempo de estudio. La fe cristiana tiene una dimensión racional e
intelectual esencial. ¿Me servirá esto para el futuro? ¿Me será de utilidad práctica, pastoral? Desde luego no se trata solamente de aprender las cosas meramente prácticas, sino de conocer y comprender la estructura interna de la fe en su totalidad, de manera que se convierta en una respuesta a las preguntas de los hombres, que aunque aparentemente cambian en cada generación, en el fondo son las mismas. El Seminario es el periodo en el que uno aprende con los otros y de los otros” añade Fernando Valverde.
Testimonio de José Albarrán, seminarista diocesano: «A veces Dios nos descoloca cuando sentimos su llamada»
– ¿Por qué elegiste el Seminario?
–Si tuviera que dar una respuesta rápida diría que no lo sé, que no lo he elegido yo, que he sido llamado a estar aquí, a formarme bien para que se cumpla en mí aquello que Dios me pide. Es Él quien me ha llamado a seguirle, y en este tramo del camino estoy aprendiendo de Él a hacerlo. Cuando hace tres años empecé a preguntarme sobre qué quería hacer en mi vida, qué me hacía feliz, qué camino escoger. Había en mí un sentimiento de felicidad ante todo aquello que fuera ayudar a los demás, a los que sufren, a los necesitados de socorro… Pero constantemente resonaba una pregunta en mi interior ¿Por qué no de una forma distinta?¿Por qué no como sacerdote? Esa voz en mi interior me invitaba a un cambio en mi vida, cambio que no deja de sorprenderme e ilusionarme. Me costaba mucho aceptar ese camino, tenía miedo a la soledad, a no ser feliz, al qué dirán… Pero el testimonio de vida de muchos sacerdotes, el verles felices, ver que caminan unidos fraternalmente me ayudó, poco a poco, a dejar de lado esos miedos y seguir el camino que Dios me ofrece.
–¿Cómo es la vida en el Seminario?
–Es muy distinta a como la imaginé en un principio. Pensé que podía ser un lugar algo aburrido, quizás oscuro y anticuado. A quienes vivimos aquí nos une una llamada común, en este momento de la historia, con todo lo que somos y lo que Dios saca de nosotros. He descubierto que lo que antes eran para mí unos momentos insignificantes de ofrecimiento del día, han ido volviéndose la razón de levantarme cada mañana y la fuerza que me ayuda en cada jornada. Todas las actividades semanales que realizamos (la limpieza del seminario, el estudio y la formación cotidiana, el deporte comunitario, el servir la comida unos a otros…) van ayudándonos a salir de nosotros mismos, a vivir en una verdadera comunidad de hermanos que buscan caminar unidos por los mismos caminos, guiados por el único Pastor.
¿Qué le dirías a un joven que se está planteando su vocación?
–Que sea valiente, que se preocupe de buscar lo que verdaderamente Dios le pide en su vida, que no tenga miedo de hacerse preguntas o de pedir ayuda para encontrar respuestas, le aconsejaría que le rezará a Él y que tuviera confianza en su llamada. A veces Dios nos descoloca cuando sentimos su llamada: “¿Por qué a mí? ¿Por qué en este momento? Seguro que es mi imaginación…” Permitidme que termine con las palabras del salmo 27: “Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”.