21 Dic David Calderón (Vicario de Pastoral): «Trabajamos para que nadie se sienta excluido»
Al finalizar el curso pasado se hacía público el nombramiento de don David Calderón como nuevo Vicario de Pastoral, tomando posesión de su cargo el pasado 15 de septiembre. Desde entonces, sobre él recae la responsabilidad de toda la actividad pastoral de la Diócesis. En el último número de la revista diocesana Iglesia en Plasencia aborda su nueva labor y nos da las pautas de los frutos que espera conseguir, además de hacer un repaso a la realidad de la Diócesis. A continuación pueden leer la entrevista completa.
“Trabajamos para que nadie se sienta excluido”
Natural de Navalvillar de Pela (Badajoz, 5 de octubre de 1975), se ordenó como sacerdote en 2001. Ha sido Párroco de La Cumbre y Santa Ana (2001-2006) y Robledillo de Trujillo (2004-2006); de Belvis de Monroy, Casas de Belvís y Casas de Miravete (2006-2008), compaginando estudios de Historia de la Iglesia en el Instituto Superior de Estudios Teológicos San lldefonso; Jarandilla de la Vera y Robledillo de la Vera (2008-2019). También fue Delegado Episcopal de Cáritas (2015-2020). En la actualidad es párroco de Nuestra Señora del Pilar de Plasencia desde 2019. Canónigo de la Sl Catedral, Delegado diocesano de ANE, Capellán del Hospital Virgen del Puerto y Secretario del Consejo Presbiteral. En septiembre tomaba posesión como nuevo Vicario de Pastoral de la diócesis y también forma parte de la comisión mixta para el Análisis de la Realidad diocesana.
-¿Cómo está siendo su labor como vicario de Pastoral, cuanto camino le queda por recorrer y cómo piensa recorrerlo?
-Ciertamente el día a día y los acontecimientos diocesanos son quienes van llevando el ritmo de la tarea, lo que me está ayudando a ir calibrando la magnitud del cometido y la diversidad de ámbitos eclesiales y diocesanos que lo integran. El camino sólo acaba de comenzar, más aún cuando nuestro obispo está llevando a cabo una restructuración de la organización de la curia: delegaciones, secretariados, oficinas… Esto, junto al nombramiento inminente de los nuevos arciprestes hace que poco a poco, desde toda esta novedad, pueda ir introduciéndome en la realidad diocesana tan rica y plural. Y a partir de aquí, el camino sólo puedo recorrerlo desde el Evangelio, teniendo muy presente las sugerencias del Espíritu, en comunión con la Iglesia y en concreto con nuestro obispo y junto con el resto de los vicarios, sacerdotes, consagrados y fieles laicos que, al frente de sus delegaciones y secretariados, trabajan y animan la experiencia y vivencia de fe en la comunidad diocesana.
-¿Le pilló por sorpresa su nombramiento?
-Rotundamente sí. Nunca se me había pasado por la cabeza algo así. Mi tarea pastoral fundamentalmente se ha desarrollado en el ámbito parroquial, aunque también había desempeñado alguna tarea de carácter diocesano. Confieso que da un poco de vértigo. Aceptar esta propuesta de nuestro obispo, al que le agradezco su confianza, sólo es la expresión de mi disponibilidad y servicio a la Iglesia con humildad e ilusión.
-¿Cree que la Iglesia en general y nuestra diócesis en particular necesita muchos cambios? ¿Se atrevería a apuntar algunos?
–Quiero responder a ambas cuestiones recurriendo a la conocida anécdota del periodista que preguntó a Santa Teresa de Calcuta qué es lo que cambiaría de la Iglesia; a lo que ella respondió: “a usted y a mí”. La respuesta de esta santa querida y contemporánea nos hace caer en la cuenta de que la Iglesia no son los otros, la jerarquía, el papa, los obispos, los curas… sino todos los bautizados, y que por tanto en todos está la necesidad de la conversión, del cambio, a la que especialmente en este tiempo de adviento se nos invita con insistencia. Mirando la historia de la Iglesia han sido los santos quienes la han transformado, y en situaciones muy complicadas, por más que nos parezcan las actuales; aquellos hombres y mujeres, en constante deseo de conversión, se convirtieron en auténticos ‘influencers’ que animaron a los verdaderos cambios en la vida eclesial. Por lo tanto, seamos santos y la iglesia y el mundo cambiarán.
“La Iglesia la forman todos
los bautizados y, por tanto,
en todos está la necesidad
de la conversión, de cambio”
-¿Cuáles son las líneas que se ha marcado en su labor como Vicario de Pastoral?
–Las líneas no son otras sino las que la Iglesia, junto con la realidad que nos toca vivir va marcando. Considero que la Vicaría de Pastoral afecta a todos los ámbitos de la vida diocesana; pues, ¿hay algo en la vida de la diócesis que no sea netamente pastoral? Entendiendo por “pastoral” todo lo necesario para llevar a cabo el encargo de Cristo antes de subir al Padre, de anunciar la Buena Noticia hasta los confines del mundo haciendo discípulos suyos; o lo que es lo mismo: “evangelizar”. Quiero conocer más a fondo los arciprestazgos, los sacerdotes, los distintos carismas de las delegaciones, secretariados, movimientos para intentar aunar trabajos y esfuerzos desde el compromiso y sentido de pertenencia a la Iglesia y en concreto a la diócesis, desde la fraternidad, la acogida, la caridad, para que nadie se sienta excluido de la llamada a ser “un humilde trabajador en la viña del Señor”. Y entre otros medios para ello, en este primer trimestre del curso pastoral D. Ernesto ha propuesto a toda la comunidad diocesana a un “análisis de la realidad diocesana” que, seguro nos dará muchas pistas de esas líneas con las que el Espíritu escribirá nuestra historia de fe en el momento presente.
-¿Cómo está el trabajo de la comisión Mixta? ¿Cómo valoraría el trabajo que se ha realizado y se está realizando desde las distintas parroquias, grupos, delegaciones…? Y, ¿cuál es verdaderamente la función y el método de trabajo de la misma?
-La comisión Mixta formada por miembros del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral con el obispo a la cabeza, es quien se ha encargado de articular el procedimiento y animación del “análisis de la realidad diocesana”, así como llevará a cabo la recogida de todas las aportaciones y su compendio. No se trata de un simple cuestionario que recoja datos sociológicos, económicos, poblacionales, que por otra parte también influirán, sino de “conversar con el Espíritu” para que sea quien nos sugiera como llevar a cabo la evangelización en nuestra diócesis con los medios y con los recursos humanos, materiales… que dispone en este momento y se prevé tenga a corto-medio plazo. Esto nos exige vencer desilusiones y desánimos para que todos podamos manifestar con la libertad y fidelidad de los hijos de Dios los desafíos, amenazas, fortalezas y oportunidades de la Iglesia y del mundo. Los frutos de este trabajo, que se ha de realizar en todos los estamentos de la vida diocesana, servirán de base para la elaboración del próximo plan diocesano de pastoral. De ahí la importancia de que, en este momento de sinodalidad, todos sin exclusión puedan hacer escuchar su voz. Ya hay numerosas parroquias y grupos que han hecho este análisis y estamos a la espera del envío de sus conclusiones. Así como también hay algunos más rezagados a los que animo a realizarlo en el plazo marcado hasta finales del mes de enero del 2024.
-Un mensaje de Navidad para los diocesanos.
–En estos días en los que vamos a actualizar en nuestras vidas el nacimiento del Niño de Dios en el mundo, quiero desear a todos una muy feliz y santa Navidad llena de paz y de bien. Que al acercarnos al pesebre unamos nuestro corazón con el pequeño-gran corazón de Jesús, para que el que vino en la pobreza nos ayude a descubrirle en los pobres y necesitados y con ellos nos sintamos bienaventurados porque Dios ha venido a salvarnos.