“Hay que avanzar a una cultura del cuidado y de creación de entornos seguros”

“Hay que avanzar a una cultura del cuidado y de creación de entornos seguros”

La Diócesis de Plasencia cuenta con una Oficina de Protección de Menores desde marzo de 2020. Se suma de esta forma a la corriente auspiciada por el Santo Padre y alentada por la Conferencia Episcopal Española de contar con organismos de atención a las víctimas, formación, prevención de posibles casos y establecimiento de entornos seguros en los diversos ámbitos eclesiales. Sus actuales responsables son Elena Ramos y Salvador Ramajo. Ambos cuentan con una sobrada preparación en ámbitos relacionados con una problemática que la Iglesia está enfrentando de forma decidida.

-¿Cuál es la misión de la Oficina de Protección de Menores de nuestra diócesis?

– Elena Ramos (ER): De acuerdo con la instrucción de la Conferencia Episcopal Española (CEE) sobre abusos sexuales, se constituye con el fin de facilitar y asegurar que las noticias o denuncias sobre posibles abusos sexuales sean tratadas en tiempo y forma, de acuerdo con la disciplina canónica y civil. Su misión es la recepción de cualquier noticia o denuncia que conozca en relación con posibles abusos, acompañar a las víctimas en todo el proceso, informando de los pasos que se realicen en el procedimiento civil y canónico, así como el acompañamiento psicológico y espiritual hacia una posible reparación de los daños sufridos. Afortunadamente en los últimos tiempos, los casos han disminuido de forma muy evidente. Hay una importante tarea por parte de las oficinas en funciones de formación y preventivas.

-¿Qué labor ha desarrollado hasta ahora?

ER: Hasta la fecha ha atendido a los requerimientos de información de casos de víctimas (como ya ha informado públicamente nuestro obispo, en relación a cuatro casos del pasado) que se han recibido desde el Servicio de Asesoramiento de las Oficinas de la CEE, del Defensor del Pueblo y desde la auditoría encargada al despacho Cremades & Calvo-Sotelo. Asimismo, se ha participado en reuniones con las oficinas de la Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz, para elaborar un protocolo de prevención y actuación en caso de abusos y una guía de buenas prácticas. Se ha participado en los encuentros de formación organizados por el servicio de asesoramiento a las oficinas de la CEE. Respecto a la formación permanente del clero diocesano, la Oficina desarrolló una sesión en Plasencia, bajo el título «Avanzar en la protección de menores en espacios eclesiales» el 23 de noviembre, y en Trujillo el día 30.

 

-¿Cómo ven la situación actual de la Iglesia en España y de nuestra diócesis respecto a este tema?

Salvador Ramajo (SR): Hay una mayor sensibilización y necesidad de formación de los agentes pastorales. La Iglesia en España está haciendo un gran esfuerzo para situarse en primera línea de respuesta a la lacra de los abusos, como lo prueba el establecimiento de las oficinas diocesanas de atención a las víctimas, la elaboración de protocolos y guías de actuación, la impartición de formación, así como la publicación en 2023 de la instrucción de la CEE sobre los abusos a menores. Y ello, no sólo para dar respuesta a esa dolorosa realidad, sino con el ánimo de ser luz y cumplir la misión de anunciar el Evangelio que incluye protección de los más vulnerables. Reiteradamente se ha pedido perdón, se ha reconocido y repudiado el pecado o delito de abusos que ocasiona enorme daño y dolor a las víctimas y deteriora gravemente la credibilidad de la Iglesia para el anuncio del Evangelio. Muy recientemente, los obispos se han comprometido a iniciar procesos de sanación y reparación y continuar la labor de formación y sensibilización. En nuestra diócesis, la Oficina de Protección pretende dotarse de medios y estar preparada para casos de necesidad de atención y acompañamiento a víctimas, lo que esperamos no suceda. Se hará lo posible para sensibilizar en la prevención de casos de abusos. Del mismo modo, la oficina ha iniciado y se compromete a hacerse cargo de la formación necesaria a los agentes pastorales y colaboradores de la diócesis que desarrollan actividad con menores, de forma que la prevención y consecución de entornos seguros sea una realidad.

 

-¿Se han puesto en marcha ya protocolos de actuación para evitar posibles casos?

– SR: La Conferencia Episcopal Española aprobó en la asamblea plenaria del mes de noviembre de 2022 un protocolo marco de actuación, que inspira los protocolos para la protección de menores de cada diócesis (disponibles en www.paradarluz.com). Está pendiente de ultimar la autorización y publicación por parte de los obispos de nuestra Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz del protocolo para la prevención y actuación ante los abusos y una guía de buenas prácticas, lo que esperamos sucederá en breve. Será necesario hacer llegar a instituciones, parroquias y, en general, los ámbitos de actividad eclesiales esos documentos, así como los medios necesarios para tener seguridad en el modo de actuar para proteger a los menores y evitar abusos.

-¿Qué convendría destacar de cara al futuro en la protección de los menores en nuestra diócesis?

ER: Hay que seguir trabajando en cambiar la cultura del abuso por la cultura del cuidado, continuando el camino que se inició hace tiempo, intentando acoger el dolor de las víctimas y procurar que los agresores lo reconozcan para comenzar su camino de rehabilitación. Es fundamental, gran tarea de la oficina, proseguir las tareas preventivas para las que la información y la formación son cruciales. Se ha empezado por el clero, pero hay que continuar con otros agentes pastorales. Estas tareas preventivas son labor de la oficina, pero en realidad es tarea de todos los que formamos parte del pueblo de Dios.

SR: Me parece esencial estar preparados con medios y procedimientos ante la eventualidad de necesidad de atención y acompañamiento de menores o personas vulnerables víctimas de abusos sexuales. Asimismo, considero necesaria la sensibilización sobre la necesidad de avanzar a una cultura del cuidado y de creación de entornos seguros en todos los espacios de actividad con menores y personas vulnerables en nuestra Iglesia diocesana. Para ello, hemos de establecer e iniciar ya, en los ámbitos que se considere oportuno, un plan de formación sobre esta problemática, con la finalidad de garantizar la protección y seguridad de los menores encomendados al cuidado y servicio de nuestra Iglesia.

 

Entrevista publicada en el número 596 de la revista diocesana Iglesia en Plasencia